Las Tres Disciplinas de Valor Fotografía: María Zaballos |
En
1995 Michael Treacy y Fred Wiersema, en su libro “The Discipline of Market Leaders”, presentaron tres alternativas
para aportar valor al cliente, fueron las llamadas disciplinas de valor:
excelencia operacional, liderazgo de producto y conocimiento íntimo del
consumidor.
Nota*. El libro fue
posterior a su artículo “Customer Intimacy and Other Vaule Disciplines”
publicado en Harvard Business Review en 1993, donde ambos autores ya “apuntaron”
las tres formas de conseguir el liderazgo añadiendo valor a los clientes.
Toda
empresa tiene que encontrar su propuesta de valor única para un determinado
mercado, delimitando tres conceptos (tomados
del Cuadro de Mando Integral):
- Propuesta de valor. Consiste en lo
que la empresa ofrece al mercado y a los clientes y se basa en una combinación
única de precio, calidad, atención a sus clientes, características de su
servicio o producto, etc.
- Modelo de operación
impulsado por la creación de valor.
Representa la combinación de los procesos operativos de la empresa junto
con sus sistemas de gestión, estructura y cultura empresarial existente que permite
tener la capacidad de colocar en el mercado nuestra propuesta de valor.
- Disciplina de valor. Quedaría diseñada
como el modelo de combinación de la entidad de sus modelos de operación y sus
propuestas de valor con objeto de destacar en el mercado.
*Observación. Recomiendo como artículo relacionado El Reloj Estratégico que determina otro punto de visión en relación al planteamiento de opciones considerando el precio y el valor añadido de un producto o servicio. También El Mito del Emprendedor de Gerber es interesante para comprobar como desarrolla la propuesta de valor.
La
premisa fundamental consiste en que las organizaciones que pretendan ser
líderes con calidad en sus mercados deberán dominar una de las disciplinas de valor y sólo
una (no se puede ser todo para todos).
Los propios autores definieron “La elección de una disciplina es la elección de
los ganadores”.
El
desarrollo de las tres disciplinas o estrategias se muestra a continuación:
- Excelencia Operacional (“la fórmula”): Se basan en una poderosa mezcla de calidad, precio y
facilidad de adquisición de sus productos y servicios. Estas organizaciones
están muy centradas en la eficiencia de sus procesos internos optimizando y mejorando
continuamente los mismos y por línea general desarrollan buenos sistemas de
información con objeto de obtener datos rápidos y fiables de todas sus
actividades. Suelen mantener una relación muy próxima con sus proveedores y
subcontratistas y lógicamente tienen muy normalizado mediante procedimientos e
instrucciones las tareas a desarrollar en cada proceso de trabajo. En el lado
contrario no suelen ser entidades muy innovadoras y no suelen desarrollar una
estrecha relación con sus clientes estando está basada en precios bajos y una
atención rápida y muy efectiva.
- Liderazgo de producto (el “talento”): Estas empresas ofrecen a sus clientes artículos o
servicios que superan las características de los existentes en el mercado,
colocan en su mercado los mejores productos. Trabajan desarrollando y
experimentado (apuestan fuerte por la innovación) muchas ideas que luego focalizan
en aquellos servicios y artículos que consideran con mayor potencial de éxito
adaptando su estructura y activos en función de las necesidades.
- El conocimiento íntimo del consumidor (la “solución”): Se trata de
ofrecer al cliente un producto o servicio personalizado y a medida de sus
necesidades (se obvia lo que el mercado
precisa y se centra en lo que el cliente particular demanda abordando el "Mapa de la Experiencia del Cliente"). El
conocimiento de sus clientes (incluyendo sus “procesos” de trabajo y elección)
es vital para el desarrollo de relaciones a largo plazo y el ofrecer productos
o servicios que superan las expectativas iniciales. Este tipo de empresas basa
su fuerza en las decisiones de sus trabajadores que se encuentran más cercanos
al cliente, centrándose en la fidelización de los clientes existentes antes
que en la ampliación de cuota de mercado.
Debemos
considerar que las anteriores disciplinas de valor tienen una estrecha relación
con las estrategias de Porter. Por un lado la excelencia operacional está muy
relacionada con el liderazgo en costes
y tanto el liderazgo de producto como el conocimiento íntimo del consumidor
tienen mucha relación con las estrategias
de diferenciación*.
Nota*. Debemos recordar que para Porter la eficiencia operativa no es estrategia.
Nota*. Debemos recordar que para Porter la eficiencia operativa no es estrategia.
Tracy
y Wiersema determinaron las cuatro reglas a seguir:
1. Proporcionar la
mejor oferta del mercado sobresaliendo en una dimensión específica
de valor (descubriendo nuestras fortalezas o liderando la revolución). El desarrollo de nuestra estrategia primando una de las dimensiones
ofrece la oportunidad de optimizar nuestros procesos y enfocar nuestros
recursos en una única dirección con objeto de alcanzar la excelencia en dicho
apartado.
2. Mantener un nivel
apropiado
en las otras dimensiones de valor. A pesar de que el desarrollo de nuestra ventaja competitiva se centre en un única dimensión de valor no debemos
olvidar las otras tres de modo que “observemos” también lo que sucede en ellas.
Se recomienda mantenerse en la media de
las otras dos disciplinas por lo que el seguimiento de nuestro mercado y
competencia en fundamental.
3. Dominar el mercado mejorando
el valor año tras año. El ciclo de mejora continua también es aplicable a la
búsqueda de la excelencia en una de las dimensiones. Se debe controlar, medir y
obtener información que será analizada de modo que podamos elevar y mejorar
progresivamente nuestra propuesta (innovación incremental) con objeto de mantener nuestra ventaja
competitiva.
4. Construir un
modelo operativo destinado exclusivamente a proporcionar un valor
insuperable. La elección de una de las “estrategias” condiciona toda nuestra
estructura y procesos de trabajo desde el área comercial hasta la atención a
nuestros clientes por ello el “flujo de trabajo” y el diseño de nuestros
procesos deberá estar diseñado para “operar” en la dirección determinada y
conseguir la máxima eficiencia en nuestro producto o servicio desarrollado y generando un modelo de negocio creado para durar.
En resumen nuestra empresa debe desarrollar un valor único en su estrategia, que pueda ofrecer en el
mercado con objeto de “marcar” su propia ventaja competitiva. Este “modelo”
debe adaptarse a sus capacidades y cultura considerando también los aspectos
más relevantes de sus competidores. Por otro lado y como consecuencia del
tiempo y los recursos limitados de la empresa únicamente se puede elegir, de un
modo realista, una de las tres disciplinas.
“Nadie puede tener
éxito si trata de ser todo para todo el mundo.”
Michael Treacy y
Fred Wiersema consultores de management y expertos en estrategia empresarial
autores de The Discipline of Market Leaders.
Autor: José Daniel Blanco
Fotografía: María Zaballos