Guerra, Estrategia y Calidad (I) |
La
definición y los principios fundamentales de la estrategia no provienen del
mundo empresarial sino que tienen su punto de partida en el estudio de una
actividad tan antigua como la guerra.
Clausewitz,
general prusiano del siglo XIX, ya determinó que no se podía reducir la
estrategia a una simple fórmula, pues la planificación detallada siempre
presenta fallos como consecuencia de las diferentes incidencias que van
surgiendo a lo largo del “camino”, es decir su aplicación práctica, tales como
sucesos fortuitos o no programados, imperfecciones en su ejecución, la propia
voluntad de los enemigos, etc. Sin embargo los elementos humanos relacionados
con la estrategia tales como el liderazgo, la moral del equipo y sabiduría y
buen hacer de los mandos intermedios y del personal son factores en todos los
casos fundamentales*.
Observación*. Clausewitz defendió que la estrategia siempre debía
formar parte del “plan de guerra” pero reconocía que en la mayor parte de las
ocasiones debían cambiarse esos planes al tener que “bajar” la estrategia al
campo de batalla para así modificar sus detalles sobre el terreno.
Sin
embargo la relación entre la estrategia y la guerra tiene un referente por
excelencia: el libro de “El Arte de la Guerra“ de Sun Tzu, el cual se considera
escrito alrededor del año 500 antes de Cristo y que comparte los criterios de ambigüedad
de textos como Tao Te King o el I Ching en relación a su estudio adaptado a
diferentes circunstancias*.
Nota*. Este “redescubrimiento” del libro de Sun Tzu por
parte de Occidente tuvo su origen en “la invasión o el asalto” de productos
japoneses en los años 80 que conllevó que los ejecutivos y directivos
occidentales volvieran sus ojos a textos orientales. Es proceso fue más o menos
el mismo que ocurrió con el tema de calidad donde
occidente fue a la búsqueda de las teorías y su aplicación correspondiente por
parte de las organizaciones japoneses y de gurús como Deming.
Guerra, Estrategia y Calidad (II) |
El
Arte de la Guerra consta de 13 capítulos que se desarrollan a través de la
planificación y el desarrollo de la estrategia, la espontaneidad en el campo,
el manejo de la confrontación y el uso de la inteligencia.
Abarca
tres cuestiones fundamentales: el terreno,
que determina donde competimos con nuestros “enemigos”, el clima,
que abarca donde se desarrollan nuestras actividades así como el momento donde
emprendemos una acción concreta y el enemigo,
cuyo ámbito de aplicación abarca más que nuestra competencia incluyendo
nuestros propios productos o servicios, personal interno, etc.
Considera
cinco factores constantes:
- El método y la disciplina (fa).
Muestra la organización perfecta de todos los procesos que la conforman y total
relación con la preparación del personal que la compone.
- La ley moral (tao-sendero). La necesidad de que los empleados estén en sintonía
con los principios rectores y objetivos de la organización.
- El cielo (tien). Recoge las circunstancias que no dependen de nosotros
abarcando tanto las oportunidades de éxito como de fracaso.
- La tierra (di). Se enfoca a condiciones concretas como las características del
terreno.
- El comandante (jiang). Ofrece los principios de la compañía encarnados en
directivos y dirigentes: talento, ecuanimidad, benevolencia, coraje y
disciplina.
El
concepto de estrategia
se conforma como la evolución de una idea central a lo largo de un camino de circunstancias cambiantes, abarcando la planificación y la racionalización de los procesos
y actividades.
Se
pueden considerar muchos textos del tipo “arte
de la guerra aplicado a la empresa…”, sin embargo y a nivel particular me
quedo con el de: Sun Tzu y el arte de los
negocios de Mark MacNeilly donde se resaltan seis principios en relación a
la gestión empresarial estratégica:
1. Conquistar el
mercado sin destruirlo. Se trata de evitar la confrontación frontal y guerras
de precios con respuestas rápidas y agresivas de todos los competidores y
descenso rápido de beneficios.
2. Evitar los puntos
fuertes de la competencia y atacar los puntos débiles. Heredado directamente de
los principios del arte de la guerra el “enfrentamiento” directo compitiendo
donde nuestro competidor es más fuerte conlleva un fuerte desgaste.
3. Emplear los
conocimientos previos y el “engaño” con el objeto de multiplicar el poder de la
inteligencia empresarial.
4. Considerar la
velocidad y los preparativos previos para superar a la competencia. Aplicación
del principio del que “golpea primero golpea dos veces”, la velocidad no es
precipitación pues requiere mucha preparación y más en entornos de cambio.
5. Usar alianzas y
puntos de control estratégico para “influir” en sus competidores. La
consideración prioritaria de nuestros colaboradores y trabajadores como partes interesadas de nuestra empresa es vital para el correcto desarrollo
de cualquier estrategia.
6. Necesidad de
desarrollar los líderes de la organización de modo que se multiplique el
potencial de todos sus empleados y colaboradores.
Guerra, Estrategia y Calidad (III) |
En
resumen el arte de la guerra ofrece una serie de principios tan válidos en el
mundo de la estrategia miliar con el de aspectos tan variados como la política,
la diplomacia, el deporte, los negocios y el desarrollo personal. Su conjunto
ordenado de reflexiones que nos ayudan a comprender las raíces de cualquier
“conflicto” y seleccionar la solución más ventajosa y que no siempre conlleva a
un enfrentamiento. De un modo resumido cuanto mejor conozcamos nuestro negocio
y sepamos de nuestra competencia y el mercado dónde nos encontramos más fácil
es anticiparnos a los movimientos de nuestros competidores y trazar y diseñar
estrategias adecuadas.
La
relación con la calidad es directa y más con los requisitos recogidos en la versión de 2015 de la 9001 donde se han incluido referencias al liderazgo, gestión
de partes interesadas, consideraciones externas e internas y al ámbito de la
estrategia en general para el desarrollo de los sistemas de gestión en las
organizaciones. La organización tiene que delimitar su “terreno de juego” eligiendo muy
bien donde va a competir (y especialmente
donde no), debe tener en cuenta sus recursos (tanto internos como aquellos
potenciales de los que puede disponer y que incluyen a sus colaboradores más
estrechos), debe “estrechar” sus lazos con sus proveedores relevantes y debe
considerar además de sus recursos los riesgos, amenazas y oportunidades (tanto de carácter interno como externo) para el planteamiento de sus actuaciones de
mejora y objetivos
estratégicos.
Después
de tantos años hemos vuelto a comprobar que las habilidades “blandas” son las que
a medio y largo plazo conceden la victoria en nuestras empresas y que la focalización y el alineamiento de las actividades empresariales son condiciones indispensables de cualquier estrategia.
“Luchar y
conquistar en todos tus batallas no es la suprema excelencia. La suprema
excelencia es romper la resistencia del enemigo sin lucha.”
Sun Tzu general
chino, el Arte de la Guerra, principios del siglo IV Antes de Cristo.
Autor: J. Daniel Blanco
Excelente artículo sobre Calidad y sus estrategias para los Sistemas de Gestiones.
ResponderEliminarMuchas gracias por el comentario, me alegra que el artículo sea de interés.
EliminarCordiales saludos.