Lo que Ahora Importa (I) |
Las empresas en los tiempos
actuales se enfrentan con cambios rápidos, una fuerte competencia y unos
procesos innovadores que parecen no tener límites. Gary Hamel determina en su
libro “Lo que Ahora Importa*” un
quinteto de condicionantes fundamentales para cualquier organización: los
valores, la innovación, la adaptabilidad, la pasión y la ideología.
Nota*. "What Matters Now: How to Win in a World of
Relentless Change, Ferocious Competition, and Unstoppable Innovation" (2011).
Bajo la premisa de que el cambio se está convirtiendo para
cualquier entidad en un “acompañante” que debe ser considerado en el devenir
diario de las empresas, los directivos y líderes deben aprender a convivir con
él (y a gestionarlo) con objeto de desarrollar la resilencia estratégica de la organización y determinar respuestas ante nuevos retos.
Las empresas deben hacerse más flexibles
y buscar, desarrollar y fomentar el talento creativo y la pasión
con objeto de responder más rápidamente y de un modo más innovador a los
cambios que clientes y competidores nos obligan, siendo el objetivo final
mantener su ventaja competitiva.
De este modo la mezcla de
ingredientes necesarios (y sinérgicos)
para que las organizaciones preparen su respuesta ante el cambio son los
siguientes:
Valores
Con el fin de conseguir
empresas y directivos “transparentes” que generen confianza
a la sociedad ante su ejercicio de generación de riqueza y bienestar común los
principios y valores se han convertido en un pilar fundamental a desarrollar (y “gestionar”) por parte de las
organizaciones.
Las entidades deben marcar
como eje fundamental de su trabajo la implementación de valores éticos en la gestión global de la empresa siendo sus líderes los
responsables de efectuar esa “administración” basándose en la prudencia, la
responsabilidad y la equidad.
La necesidad de comprometer el
talento existente en las empresas en aras unos fines de mayor motivación y la “obligación”
de alinear los diferentes intereses existentes en las organizaciones en una
serie de valores comunes se ha convertido en una exigencia empresarial.
Innovación
Progresivamente se está
convirtiendo en la más potente estrategia para la creación de valor a largo plazo.
Su implicación en el funcionamiento de las organizaciones (más allá de un departamento propio) y su integración global en el
modelo de gestión existente (realización
de ofertas, asignación de recursos, sistemática de contratación, ejecución de
los trabajos, etc.) cada vez es una condición más necesaria para el
desarrollo de las competencias centrales de la
entidad.
La innovación (tanto la disruptiva como la incremental) presta
atención a cuatro “dimensiones” que generalmente no se producen:
- El desafío de creencias que todos damos por sentado
(ortodoxias no desafiadas).
- La observación de lugares descartados por la
competencia (tendencias infravaloradas).
- Ver a la empresa como un conjunto de habilidades y
recursos que lleven a nuevos productos o servicios (competencias y activos
insuficientemente apalancados).
- Exponer a los clientes destrezas “escondidas”
(necesidades no articuladas).
Adaptabilidad
Uno de los Siete Principios de Konosuke Matsushita, el cambio obliga a todas las
empresas a poder adaptar sus artículos, servicios y modelo de negocio con
objeto de ir por delante de la competencia y mantener la fidelización de sus clientes. Los líderes de estas empresas se deben ajustar
a las demandas del mercado y fomentar que el trabajo diario se “rehaga” ágil y
eficientemente.
Las empresas adaptables deben
desarrollar la previsión
(filtrar y considerar las tendencias de
los clientes y absorber nuevas ideas y propuestas), la flexibilidad
intelectual (todo es susceptible de
modificación y mejora e invertir en diversidad), la variedad estratégica
(captar y probar el mayor número de
buenas ideas) y la flexibilidad estratégica (“federalizar” la organización y otorgar recursos y libertad a sus “partes”).
La ventaja competitiva debe ser buscada a lo largo del tiempo. Las
situaciones de cambio obligan a marcar objetivos que puedan revisar nuestro
modo de actuar (sentido del cambio),
fomentando la diversidad de opiniones, buscando la horizontalidad de los
sistemas de gestión, incluso la generación de organizaciones duales y fomentando el “espacio” para la colaboración entre
departamentos y gestionando de un modo eficaz la propia inercia empresarial.
Pasión
Lo que Ahora Importa (II) |
El éxito de las empresas depende
cada vez más de fomentar la iniciativa de sus trabajadores (en
todos los niveles de la organización), fomentar su imaginación y ser capaces de
desarrollar su pasión por la actividad que realizan. La creación de un ambiente
de trabajo y el desarrollo de procesos organizativos que consiga una mayor contribución de los
trabajadores y el otorgar a las personas una mayor cota de libertad (y
responsabilidad) se sitúan como principales aspectos para conseguir “enganchar”
al personal a los valores de la empresa.
La credibilidad de los líderes y el mantenimiento de su pasión son factores importantes y se debe situar el
individuo en primer lugar tras él la empresa siendo necesario alinear los
intereses del personal con los intereses de la organización de modo que se
eleve la competitividad de la misma (el llamado nuevo liderazgo). Por otro lado los procedimientos y
procesos de la entidad deben ser flexibles a cierta autonomía de trabajo
abriendo la posibilidad de experimentación en su organización (aspecto totalmente imprescindible para la búsqueda de la "vaca púrpura" y/o conseguir que fluyan las "Pequeñas Ideas").
Ideología
Hamel expone la necesidad de empresas horizontales donde se facilite la
llamada libertad responsable y donde dicha libertad y el control efectivo
compitan y a la vez colaboren, de modo que los controles y supervisiones se
determinen cuando sean necesarios y no por imposición de los gestores. La necesidad
de que las
decisiones las adopten las personas que “trabajan sobre el terreno”
que disponen de amplia información se convierte en una necesidad para la
organización (libertad para hablar unido
al compromiso para cumplir) haciendo gala de la premisa “toda la gente
quiere hacer lo correcto, pero necesita mucha información para saber qué es lo
correcto”.
Estas cinco cuestiones determinan
el éxito empresarial de las organizaciones y marcaran el futuro del conjunto de
entidades de permanecen (y sobresalen)
de modo que se logren modelos de gestión más innovadores,
adaptables y con valores sólidos (la
llamada filosofía gerencial audaz) que sitúa a las empresas al menos un
paso por delante de su competencia favoreciendo el desarrollo profesional (y
personal) de sus integrantes (su compromiso y el desarrollo de estrategias basadas en su recursos y capacidades) y desarrollando un nivel de cultura empresarial que conllevará la pasión por su trabajo.
En definitiva y tal y como
defiende Gary Hamel las empresas deben impulsar que el conjunto de sus partes interesadas generen una gran variedad de
ideas que compitan con el fin de lograr una organización resilente
es decir que tenga la capacidad de asumir con flexibilidad situaciones límite y
sobreponerse a ellas, además de buscar continuamente nuevas "fuentes" de ventajas competitivas.
“La pasión por resolver problemas es lo que crea el
potencial para obtener resultados extraordinarios.” Gary Hamel, experto y
consultor empresarial estadounidense.
Autor: J. Daniel Blanco
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