El Modelo de las Cinco Fuerzas de Porter |
Considerado
como uno de los mejores modelos estratégicos de gestión para
analizar un determinado sector o mercado mediante la observación del grado de
competencia y situación general con el objetivo de determinar estrategias
empresariales que aprovechen las oportunidades y hagan frente a las amenazas.
Desarrollado
por Michael E. Porter en 1980, en su libro Competitive
Strategy: Techniques for Analyzing Industries and Competitors, establece un
marco de referencia para determinar el nivel de competencia en un determinado
negocio o sector mediante la valoración de la intensidad de rivalidad existente
y la delimitación de su “atractivo” en relación a las oportunidades de
inversión y rentabilidad.
Las cinco
fuerzas de Porter abarcan tres fuerzas
de competencia horizontal: amenaza de productos sustitutos, amenaza de
nuevos competidores y la rivalidad entre competidores, e incluyen dos fuerzas de competencia vertical:
el poder de negociación de los proveedores y el poder de negociación de los
clientes. Estas cinco fuerzas operan en un entorno “cercano” a la empresa y
afectan a la habilidad de ésta para satisfacer las necesidades de sus clientes, generar rentabilidad y conseguir una buena ventaja competitiva*. Su desarrollo se muestra en los siguientes puntos.
Observación*. El modelo de Porter consideran una visión hacia el exterior de la organización con el fin de determina la mejor estrategia seguir para ganar competitividad. La "cruz" de este modelo sería el planteamiento de acciones estratégicas mediante la consideración de los propios recursos y capacidades de la organización.
1.
Rivalidad
entre competidores
Considerada
como el factor más fuerte de los cinco. Se corresponde con la intensidad
de la competencia entre las organizaciones existentes en un negocio
ofreciendo el mismo tipo de producto o servicio (muchos consideran esta fuerza como una conclusión lógica de las otras
cuatro al encontrarse netamente condicionada por ellas y representando con fuerza uno de los lados del Triángulo Estratégico de Ohmae). Generalmente su
incremento se interpreta como una elevada gran cantidad de estrategias con
objeto de superar a los rivales aprovechando todas las debilidades existentes
entre ellos así como las reacciones que realicen los competidores ante nuevas
estrategias o acciones.
Esta
rivalidad tiende a incrementarse a medida que la competencia en un sector se
eleva y las empresas se equiparan en tamaño y capacidad. Se observa también que
se produce una menor diferenciación de productos o servicios y que los clientes
tienen más facilidad para cambiar de marcas (siendo generalmente elevado número de productos sustitutivos) lo
que suele conllevar a una reducción de precios como estrategia competitiva muy
habitual*.
Nota*. Una característica de la fuerte rivalidad suele presentarse en productos
perecederos.
Cuando la
competencia en un negocio alcanza cotas muy elevadas las potenciales ganancias
en el sector decrecen haciéndolo menos atractivo para el ingreso de nuevos
competidores. Esta afirmación ha refrendado la necesidad en las empresas de la innovación y la llamada búsqueda de Océanos Azules o la aplicación de la diversificación recogida en la Matriz de Ansoff, donde el factor competencia pasa a "ser secundario".
El análisis
de la rivalidad permite a la empresa conocer sus ventajas competitivas en
relación a sus competidores y plantear estrategias para desarrollar dichas
ventajas.
2.
Amenaza de
entrada de nuevos competidores
Se refiere a
la entrada
potencial en el negocio de empresas que ofrecen nuestro mismo tipo de
producto o servicio. Esta posible entrada de competencia depende de la fuerza
de las llamadas “barreras de entrada”:
- Necesidad de
lograr rápidamente economías de escala.
- Necesidad de
obtener tecnología y conocimiento especializado.
- La falta de
experiencia.
- Una fuerte
lealtad del consumido hacia determinadas marcas.
- Elevadas
necesidades de capital.
- Falta de
canales adecuados de distribución.
- Políticas
reguladoras gubernamentales.
- Existencia
de barreras arancelarias.
- Falta de
acceso a materias primas.
- Existencia
de patentes.
- Saturación
del mercado.
De cualquier
modo en algunas ocasiones y gracias a productos o servicios de mayor calidad,
precios más bajos y mejor publicidad ciertas empresas consiguen entrar en un
sector. El análisis de la amenaza de la potencial nueva competencia nos permite
adoptar estrategias que fortalezcan las barreras de entrada o fortalecer
nuestra situación en el mercado.
3.
Amenaza de
ingreso de productos sustitutivos
En este caso
el riesgo se centra en la entrada de artículos o servicios
alternativos (se debe recordar
que un producto o servicio sustitutivo efectúa una función idéntica o similar
al producto o servicio de un negocio pero de un modo diferente rozando o entrando de lleno en la llamada "innovación disruptiva") a los ya
existentes en el mercado (recordar por
ejemplo la entrada del los libros digitales como sustituto del formato clásico
del libro o los diarios publicados en internet como competencia sustitutiva a
la prensa escrita).
Esta amenaza
conlleva el establecimiento de un límite al precio que se puede cobrar por el
producto ya existente en el mercado pues la superación de este valor “empuja” a
los clientes al empleo del producto sustitutivo (este factor es mucho más fuerte en los casos en los que prácticamente
el precio es cero para el producto sustitutivo). La entrada de productos
sustitutivos es más fácil en un mercado cuando:
- Sus precios
son más bajos a los productos o servicios existentes.
- Existe muy
poca publicidad de los productos o servicios establecidos.
- Se observa
muy poca lealtad de los clientes.
- El costo de
cambiar de un producto o servicio establecido a uno sustitutivo es bajo para el
consumidor.
Las
estrategias generalmente adoptadas se enfocan a acciones que nos permitan competir
con este tipo de productos.
4.
Poder de
negociación de los proveedores
Determina la
fuerza
que poseen los proveedores y subcontratistas (cada vez más relevantes en las empresas: ver artículo de La Organización Trébol) para elevar los precios de
sus productos o servicios (generalmente
esta “amenaza” se impone como consecuencia del grado de concentración del
artículo o servicio que suministran o prestan, las características especiales
del producto o servicio prestado o por el impacto de sus productos o servicios
en el coste de nuestro negocio). Lógicamente dicho poder viene determinado
por su propio mercando de modo que a menor cantidad de proveedores más elevado
es su nivel de negociación. Este grado de negociación de los proveedores tiene
a incrementarse cuando:
- Las materias
primas sustitutivas sean escasas.
- El coste de
cambiar de materia prima es elevado.
- La
realización de compras de poco volumen.
Considerando
este factor la formación de las estrategias de la empresa se enfocan a la
reducción del poder de negociación del proveedor con vistas a conseguir mejores
condiciones en sus artículos o servicios.
5.
Poder de
negociación de los consumidores
Este punto
recoge la “potencia” con las que cuentan los clientes de un negocio o sector
para la obtención de buenos precios y condiciones.
Generalmente
la menor cantidad de clientes eleva su capacidad de negociación pues al no
existir una fuerte demanda los clientes pueden reclamar precios más bajos y
mejores condiciones. Por otro lado la existencia de muchos proveedores también
eleva la capacidad de negociación del cliente pues éstos tienen una mayor
posibilidad de cambiar de proveedor. Además el poder de negociación de los
consumidores se eleva cuando:
- No existe
diferenciación en los productos o servicios.
- Los clientes
compran en volumen.
- Los
consumidores pueden fácilmente cambiar a marcas competidores o productos o
servicios sustitutivos.
- Los
vendedores se enfrentan a una reducción de la demanda.
Las
estrategias empresariales que se adoptan se suelen enfocar a reducir su
capacidad de negociación y recoger una mayor fidelidad a nuestro producto o
servicio.
La
combinación de las fuerzas expuestas determinan las potenciales estrategias
generales a seguir por parte de una entidad siempre teniendo en cuenta su
capacidad de maniobra y los recursos con los que cuenta:
Relación entre las Cinco Fuerzas y las Estrategias más comunes. |
Observación*. ¿Una sexta fuerza?. Algunos textos describen
una sexta fuerza: el gobierno, como
complemento del modelo de Porter, considerándose dos aspectos relevantes: su
influencia es directa al intervenir regulatoriamente en el mercado y su
capacidad potencial convertirse en competencia considerando los servicios
públicos que desarrolla, compitiendo en muchos sectores con empresas privadas.
La
comprensión de estas fuerzas “revela” la rentabilidad de un negocio a lo largo
del tiempo ofreciendo un modelo para anticiparnos e influir en el
mercado mediante la adopción de una estrategia adecuada. La estructura “saludable” así como una buena Cultura Empresarial de una entidad también es necesaria para el
desarrollo de una estrategia empresarial efectiva que generalmente prima
una diferenciación del artículo o servicio de cara a conseguir una
mayor aceptación del cliente. El modelo ayuda a las organizaciones a focalizar
sus estrategias* en el mercado anticipándonos y adaptándonos a sus
circunstancias cambiantes considerando como principal activo la necesidad
de estar informado de la evolución de dicho mercado.
Nota* Como complemento recomiendo la lectura de mi artículo Las Cuatro Estrategias de Gestión, el desarrollo del Mapa Estratégico por Norton y Kaplan, Las Tres Disciplinas de Valor de Treacy y Wiersema, el Análisis PEST, el Reloj Estratégico (Bowman) y por su puesto El Diamante de Porter.
En resumen
el objetivo final de la sistemática es que la empresa pueda evaluar sus
objetivos y recursos en relación a estas cinco fuerzas que rigen la competencia
de su negocio. La estrategia empresarial se debe convertir en “dinámica”
pues la fortaleza de la misma se determina por su anticipación a las acciones
de la competencia y los cambios que demandan los clientes en el tiempo (la globalización, los adelantos
tecnológicos, desregularización de mercados, elevados flujo de información,
entre otros factores contribuyen al incremento del ritmo del cambio en
cualquier negocio, como directivos, consultores o responsables no deberíamos olvidar estos factores). La anticipación y preparación ante diferentes
escenarios que pueden presentarse junto con el aprovechamiento por parte de la empresa de sus factores críticos de éxito (relacionados en gran medida con el análisis de la cadena de valor de la empresa) constituyen las bases de las estrategias
empresariales actuales siempre considerando la premisa de que cualquier ventaja que se consiga por parte
de una organización es meramente temporal.
“Estrategia consiste en tomar decisiones,
ventajas y desventajas, se trata de elegir deliberadamente ser diferente.”
Michael E. Porter. Economista, Ingeniero,
Profesor y Consultor estratégico empresarial estadounidense.
Autor: José Daniel Blanco Alonso
Excelente resumen claro e ilustrativo para poder aplicar este tipo de análisis.
ResponderEliminarMuchas gracias por el comentario.
EliminarMe alegra que el artículo haya gustado.
Cordiales saludos.