El Mapa Estratégico |
Concepto desarrollado por Norton y Kaplan a partir del desarrollo del Cuadro de Mando Integral proporcionan una visión general y una descripción gráfica de la estrategia definida por una organización.
Se pueden asemejar a mapas cartográficos que resumen una representación simplificada de la estrategia situando dónde estamos y hacia donde podemos llegar.
Si el Cuadro de Mando Integral (CMI) se basa en el principio de que “no se puede controlar lo que no se puede medir” de modo que las empresas dispongan de indicadores correspondientes para controlar su evolución, los Mapas Estratégicos se apoyan en el criterio de que “no se puede medir lo que no se puede describir”, siendo su objetivo final la vinculación de los activos intangibles con los procesos de creación de valor en una empresa, determinando el liderazgo de una entidad.
El núcleo de la definición de un Mapa
Estratégico es su diseño mediante las relaciones causa-efecto que
determinan como se relacionan las cuatro perspectivas del Cuadro de Mando
Integral:
1. En la parte más alta
tenemos los resultados financieros (marcarán
qué debemos hacer así como los objetivos financieros debemos plantear) los
cuales se consiguen mediante la satisfacción de los clientes por lo cual esta
perspectiva depende del cliente.
2. El segundo nivel
queda constituido por la propuesta de valor (muy relacionado con el concepto de la Cadena de Valor de Porter) que se desarrolla para los clientes
describiendo la metodología para la generación de ventas, fidelización de
clientes, etc. (implica qué debemos hacer
y cómo medimos nuestra proposición de valor hacia el cliente con objeto de
conseguir su satisfacción.) Esta fase se encuentra directamente relacionada
con los procesos internos de la organización.
3. Los procesos
internos marcarían el tercer nivel siendo su configuración la que delimita la
puesta en práctica de los procesos de fabricación y/o servicio de cara a crear
y desarrollar la proposición de valor a nuestros clientes (marcan los procesos de la cadena de valor donde debemos ser excelentes: competencias centrales).
Este tercer nivel es alimentado por los activos intangibles.
4. Los activos intangibles considerados como capital humano, capital de la información y la cultura de la organización se situarían en la base del diagrama definido y de él parte el
apoyo en el desarrollo de los procesos internos situados “aguas arriba”
proporcionando los fundamentos de la estrategia. Sin la consideración de las
necesidades de éste último eslabón la creación de valor no se conseguirá y la
estrategia no se desarrollará satisfactoriamente (determinan las capacidades estratégicas de la empresa y definen cuales
son los aspectos críticos para mantener la excelencia así como nuestros
recursos de personas, competencias, habilidades y tecnología con los que
contamos).
El alineamiento (la compatibilidad estratégica de Porter) de los objetivos de las
cuatro perspectivas es la clave para el desarrollo de una buena y centrada
estrategia y coherente internamente. El desarrollo de un buen Mapa Estratégico
permite a las empresas identificar una serie de objetivos financieros o
económicos a plantear y efectuar su programación recorriendo el mapa diseñado
bajando de nivel en las relaciones correspondientes de modo que de un modo
visual se puedan identificar las necesidades (y capacidades) para la
consecución de la estrategia que se quiera desarrollar.
El Mapa Estratégico de una empresa se
desarrolla en relación a cinco principios básicos:
1. Debe suponer un
equilibrio de fuerzas contradictorias. El rendimiento a largo plazo, vital para
garantizar el incremento de valor para los Directivos de la entidad, “choca con la recogida” de buenos
resultados financieros a corto plazo. Los resultados se pueden mejorar mediante
recortes de gastos e inversiones que “hipotecan” acciones de innovación, y
capacitación de personal. La búsqueda del
equilibrio entre la racionalización de costes en el corto plazo y la
realización de inversiones es vital para cualquier entidad.
2. La definición de
una correcta proposición de valor al cliente. Situando la satisfacción del
cliente como punto de partida para la creación de valor sostenible en las
organizaciones (el cual constituye uno de los lados del Triángulo Estratégico de Kenichi Ohmae), la correcta definición de los mismos, los puntos de relación de la empresa con los mismos, así como de las
características del producto o servicio que necesitan es clave para cualquier
estrategia empresarial. De nada vale un
producto o servicio perfecto si al cliente no le aporta ningún valor.
3. El valor se
desarrolla en los procesos internos. Bajo el marco de visión del Cuadro de
Mando Integral las perspectivas financieras y del cliente son aspectos externos
que describen los resultados que la entidad espera lograr (vía crecimiento de ingresos o mejora de la productividad –o ambas-).
Por otro los aspectos relacionados con los procesos internos y capacidades
estratégicas se corresponden con una perspectiva interna del negocio y
delimitan el “desarrollo práctico”
del desarrollo de la estrategia elegida. Será
el desarrollo y control de los procesos internos así como la relación de las
diferentes capacidades estratégicas de la empresa la que determinen finalmente
el éxito de la estrategia elegida por la entidad.
4. La estrategia debe
ser integral.
Debe encontrarse relacionada con la totalidad de los procesos de la empresa
para garantizar su éxito abarcando, al menos un factor de cada grupo pues dicha
dinámica garantiza beneficios y mejora a corto (mejoras de procesos operativos), medio (mejoras en la relación con los clientes) y largo plazo (inversión en innovación y atención a
procesos reguladores y sociales).
5. El valor de los
activos intangibles proviene de su capacidad para el apoyo en la implantación
de la estrategia de la empresa. Considerando los activos intangibles de
cualquier entidad como capital humano (habilidades, talento del personal y motivación), capital de información (bases de datos, sistemas de información e infraestructura tecnológica)
y capital organizativo (cultura,
liderazgo, etc.), estos no pueden concretarse o medirse de un modo
independiente encontrándose su valor en su capacidad para ayudar a la empresa
en el desarrollo de su estrategia. La
integración correcta de los tres tipos de activos intangibles es condición
necesaria para la ejecución correcta de la estrategia definida.
Como resumen el mapa estratégico define las
líneas de actuación (estrategia) de una organización de un modo coherente con
objeto del establecimiento y gestión de sus objetivos e indicadores y se
convierte en el nexo entre la formulación de la estrategia (con objeto de conseguir por parte de la empresa una ventaja competitiva en relación sus competidores) y su realización. Además su desarrollo obliga a las organizaciones a determinar de un modo lógico
como se creará valor y para quién, debiendo perfilar unos pocos objetivos estratégicos y unas relaciones causa-efecto muy bien definidas, lo que
permitirá ver de manera rápida la estrategia de la organización.
“La
esencia de la estrategia no es simplemente elegir qué hacer; también exige
elegir lo que no hay que hacer”.
Robert S. Kaplan (consultor y profesor) y David Norton (consultor y ejecutivo) estadounidenses y creadores del Cuadro de Mando Integral.
Autor: José Daniel Blanco Alonso
Gracias Daniel. Muy educativo y sugerente. Saludos.
ResponderEliminarMe alegra que el artículo le haya parecido interesante.
EliminarReciba un cordial saludo.