Las Competencias Centrales |
Las llamadas competencias centrales son consideradas como las únicas fortalezas
reales de una empresa y constituyen la estructura primaria para la creación de
sus productos y servicios en la actualidad.
El término como tal data de 1990 y
fue “acuñado” por C. K. Prahalad y Gary Hamel en su artículo “Core Competence of the Corporation”.
La localización de las competencias
centrales (o básicas) de la empresa se basa en el análisis de sus recursos
considerados como activos, capacidades, procesos internos, conocimientos etc.
que abarcan los cuatro pilares centrales definidos en el Cuadro de Mando Integral y los Mapas Estratégicos: financiero, de cliente, procesos internos y gestión del conocimiento de
cara a adquirir una ventaja competitiva en un mercado o sector y considerando los correspondiente Factores Críticos de Éxito teniendo en
cuenta los siguientes parámetros:
- Ofrecer un acceso
potencial a una gran variedad de mercados. Su
desarrollo debe “ganar” un espectro amplio de posibilidades en el sector en el
que opera la empresa en relación al desarrollo de nuevos productos o la
prestación de servicios diferenciados.
- Representar una
mejora relevante para el cliente en relación a lo ya
existente. Se mantiene la premisa básica
de situar al cliente en el centro del trabajo de la organización de modo que se
cumplan y superen sus expectativas.
- Deben ser valiosas
pues deben ayudar a la empresa a aprovechar oportunidades y
neutralizar amenazas del entorno y permitir a la organización concebir
estrategias empresariales que mejoren su eficiencia y efectividad. El análisis inicial de las competencias existentes en una organización
pasa por determinar sus fortalezas y debilidades de modo que puedan fomentarse
las primeras como distintivo de la entidad y “reforzar” las segundas para
evitar potenciales situaciones de debilidad.
- Tendrían que ser poco
comunes entre la competencia de cara a que su desarrollo marque una clara
ventaja competitiva. Las
“particularidades” o “modos singulares” son las que proporcionan aspectos
distintivos a las empresas y a su vez en muchas ocasiones corresponden a los
valores o rasgos más valorados por los clientes.
- Deberían ser inimitables
ya sea por la habilidad de la empresa para su gestión o porqué la relación
recurso-ventaja competitiva es tremendamente ambigua y nadie sabe como
duplicarla. Aspecto unido al apartado
anterior métodos “particulares” de trabajo, sistemas de integración de los
procesos, relaciones horizontales, sistemáticas de toma de decisiones y
dinámicas de formación, capacitación y participación del personal son “activos”
que son muy difíciles de copiar siendo a medio plazo lo que contribuye a un
hecho diferencial en relación a la competencia.
Su desarrollo se enmarca dentro del modelo
de dirección estratégica y gestión del liderazgo y a su vez en la teoría basada en los recursos de la
entidad en contraposición a la perspectiva de producto-mercado. La teoría
basada en el desarrollo de los recursos de la empresa prioriza la formación y
difusión del conocimiento en la entidad, enlazando con el concepto de la organización inteligente, localizando la “competitividad” en los
recursos internos de la empresa. Se han sugerido cinco pasos para su gestión:
1. Identificarlas,
inventariarlas, conseguir consenso entre el personal de la empresa (colaboración de la toda la organización).
2. Decidir cuáles
deben desarrollarse o “adquirirse” actualmente o en el futuro (priorizar).
3. Establecer cuales
deben desarrollarse a largo plazo y de qué manera (gestionar el riesgo futuro).
4. Difundir su
aplicación a través de toda la empresa (hacer
partícipe a toda la entidad).
5. Defender y proteger
las competencias centrales (priorizar lo
que nos hace únicos).
Las competencias centrales se definen como
las cualidades intrínsecas de una empresa que lo llevan a un éxito económico y
se expresan a través del aprendizaje colectivo y la coordinación de las
habilidades de producción e integración de la tecnología de los diferentes
departamentos de la organización en línea con la estrategia y valores de la empresa (7s de McKinsey).
Se desarrollan
mediante la determinación por parte de la empresa de sus puntos fuertes y únicos
en el mercado en relación a sus competidores (Modelo de Las Cinco Fuerzas de Porter) los cuales deben mejorarse teniendo en cuenta dos premisas fundamentales:
- Fomentar y
desarrollar un proceso de comunicación interna fuerte en la
organización. La llamada gestión y trabajadores del conocimiento y el desarrollo de los activos intangibles de la empresa se
considera pieza fundamental para conseguir desarrollar todo el potencial de la
misma.
- Subcontratar todas aquellas
actividades que no conlleven al incremento y mejora de sus capacidades centrales. Debe considerarse el punto de vista de
centrar y controlar aquellas competencias donde se puede conseguir una ventaja
y que corresponden generalmente a la parte central del negocio empresarial, la
integración con buenos proveedores y la subcontratación de áreas no consideradas
estratégicas implica la “focalización” de los recursos de la organización en
aquellas competencias consideradas como más importantes (ver la Organización Trébol de Charles Handy o el Triángulo Estratégico de Kenichi Ohmae).
Considerando todo lo expuesto anteriormente
la gestión de las competencias centrales o básicas por parte de una entidad
ofrece la posibilidad de alcanzar la excelencia en su “trozo de mercado” sin estar
en posesión de una ventaja competitiva estructural, mediante el desarrollo de
sus “habilidades clave”.
“No
se puede usar un mapa viejo para encontrar nuevos territorios.”
C. K
Prahalad y Gary Hamel, profesor y experto
en estrategia y management de origen indicio y estadounidense respectivamente.
Autor: José Daniel Blanco Alonso
Excelente artículo. Considero que la gestión de las competencias centrales es una piedra angular en la estrategia empresarial contemporánea. Al identificar y cultivar estas competencias, las empresas pueden trazar un camino hacia la diferenciación y el éxito sostenible en un mercado altamente competitivo. La capacidad de una empresa para entender sus fortalezas únicas y aplicarlas de manera efectiva no solo impulsa su ventaja competitiva, sino que también le permite adaptarse ágilmente a los cambios del mercado y a las demandas de los clientes. En un mundo donde la innovación y la disrupción son constantes, la gestión de las competencias centrales se convierte en un imperativo estratégico para las organizaciones que aspiran a sobresalir y liderar en sus respectivos sectores. Gracias por compartir!
ResponderEliminarMuchas gracias por el apoyo y por el comentario recibido.
EliminarUn cordial saludo.