El Código Ético |
La metodología de trabajo de una organización así como sus
valores e inquietudes de cara al conjunto de sus colaboradores, trabajadores y
clientes marca y desarrolla su correspondiente modelo de negocio.
En un escenario económico de tremenda competitividad y bajo
“situaciones” donde” el “pillaje” del cliente se sitúa por encima de todo,
cobra especial relevancia el “modo” de cómo se presta el servicio
o se desarrolla y entrega el producto. Características como la profesionalidad,
la atención, la cortesía y el fomento activo de colaboración con proveedores
así como actividades reales de desarrollo profesional de los recursos humanos
de la empresa se convierten en valores “intangibles” a desarrollar
por cualquier entidad con objeto de ser (o llegar a ser) empresas de referencia
para el conjunto de sus partes interesadas.
El desarrollo en los últimos años de la Responsabilidad
Social Corporativa y su consideración en el liderazgo de los dirigentes sitúa a las organizaciones en el centro de una serie de
grupos de interés más o menos involucrados en su gestión. Esto actores
representan todas aquellas partes que influyen en el trabajo desarrollado por
la entidad considerándose entre otros, los trabajadores, los directivos, los proveedores, los clientes , su entorno y medio ambiente y sus competidores. El control de valores asociados a estas variables dentro del Cuadro de Mando de la entidad es fundamental para garantizar el futuro de la cualquier entidad.
Dentro de este escenario el código ético se postula
como un conjunto particular de valores que una empresa adopta como elemento
necesario para el desarrollo ordenado y eficaz de su actividad y del desarrollo de su misión dentro de su estrategia de gestión, teniéndose en
cuenta dos aclaraciones importantes:
- No
se trata de una respuesta a los problemas sino que es una definición del modo
de conducir la resolución de las desviaciones o problemas que se detecten.
- Se
rige por el principio de justicia en sus vertientes comunicativa (contratos,
acuerdos, ...), distributiva (cargas laborales, salarios, competencia legal,
etc.) y legal (disposiciones reglamentarias, impuestos, ...)
Así pues y teniendo en cuenta los diferentes grupos de
interés la formulación del código ético se definirá en relación a estos:
Clientes
Destinatarios finales de los productos y servicios de la
empresa, su confianza y fidelización es vital para el desarrollo de la organización.
- Diseño
y desarrollo de artículos y servicios que cubran las necesidades de los
clientes garantizando su seguridad y salud.
-
Garantía
de calidad bajo una correcta relación calidad/precio.
-
Información
veraz sobre los productos y servicios.
- Correcta
atención post-venta en todas sus facetas incluyendo la subsanación inmediata de
errores en las condiciones del artículo adquirido o servicio prestado.
Competidores
La competencia lícita favorece la transparencia en la
actividad económica y garantiza la calidad de productos y servicios.
-
Respeto
de los productos y servicios de la competencia.
- No
emplear información confidencial de la competencia en beneficio propio perjudicando
aquella.
-
Anuncios
de productos y servicios haciendo únicamente referencia a sus características.
Trabajadores
La dignidad humana y la participación de los trabajadores deben “regir” las
relaciones de las personas que conforman la empresa.
-
Renumeración
justa y adecuada al esfuerzo y aportación desarrollada en la empresa.
-
Trato
correcto primando su condición humana (valores y motivaciones) sobre la de “recurso productivo”.
-
Desarrollo
de procesos de selección de personal bajo prueba objetivas.
-
Atención
a la seguridad, higiene y salud laboral.
- Eliminación
de discriminación por motivos de raza, sexo, religión, estado civil, sindical o
político.
-
Exigencia
a los trabajadores de fidelidad y buena fe contractual.
- Estimulación
a los trabajadores de su trabajo con atención e interés preservando los bienes
e instalaciones de la empresa y actuando de modo que se evite el despilfarro o
gasto superfluo.
- Impedimentos
a trabajadores y directivos de aceptación (o solicitud) de dinero, regalos o
atenciones “especiales” por parte de clientes o proveedores que puedan
condicionar las actuaciones de la empresa.
Socios o accionistas
Sus aportaciones son imprescindibles para el desarrollo de
la actividad de la empresa.
-
Deben
conseguir la mayor rentabilidad que, en justicia, sea posible.
-
Ausencia
de información privilegiada que pueda beneficiar a unos socios frente a otros.
- Deben
ser informados de la realidad económica de la entidad así como de los proyecto
de futuro considerándose sus recomendaciones.
-
Deben
ser partícipes del código ético.
Proveedores o
colaboradores
Parte esencial con derechos y obligaciones similares al
resto de grupos.
-
Relaciones
de respeto según los principios del libre mercado.
-
No
se deben imponer condiciones gravosas o inviables.
- Valoración
de los derechos adquiridos de periodos previos de colaboración a la hora de
efectuar modificaciones contractuales.
-
Mantener
la lealtad con los acuerdos suscritos.
La Comunidad
Parte interesada que puede ser determinante en el
desarrollo de una organización (muy relevante para Konosuke Matsushita).
-
La
empresa debe colaborar, en su campo de actividad, con la comunidad donde opera.
-
Debe
facilitar la participación en actividades cívicas, culturales o recreativas.
-
Debe
atender correctamente sus obligaciones fiscales.
El Medio Ambiente
La obligación moral de mantener un equilibrio ecológico
con su entorno es un aspecto relevante a considerar por cualquier entidad.
-
Respeto
en sus actividades con el equilibrio ecológico y urbanístico de su entorno.
-
Fomentar
el uso de energías limpias o menos contaminantes en su trabajo.
- Cuidar
el espacio próximo tanto como sus propias instalaciones haciendo extensivas a
él las medidas de higiene y limpieza.
-
Fomentar
la formación de los trabajadores en el respeto y la protección ambiental.
Por último los buenos códigos éticos deben cumplir con las
siguientes cualidades:
- Claridad,
como elemento predominante, las directrices marcadas únicamente pueden tener
una interpretación.
- Obligatoriedad, la exigencia de su respeto es esencial para su eficacia a largo
plazo, siendo el único medio para su “consolidación” en la estructura de la
empresa.
- Lenguaje positivo, afirmaciones o aseveraciones priman en su redacción frente a
prohibiciones.
-
Comunicación,
debe ser difundido ampliamente pues su desconocimiento lo hace ineficiente.
- Revisión periódica, teniendo en cuenta la actividad diaria de la empresa donde se van
observando posibles correcciones y clarificaciones.
En pleno siglo XXI, y en su búsqueda de la excelencia, los principios rectores de un buen
código ético suponen una ventaja competitiva para las entidades que “realmente”
lo implantan, pues contribuye enormemente a su credibilidad, y desarrollan elevando el compromiso del personal interno así como
de los colaboradores al incrementar su confianza en la organización y
proyectando una imagen de seriedad y confianza hacia clientes y actores
externos a la empresa.
“Ser honrado tal y
como anda el mundo, equivale a ser un hombre escogido entre diez mil.”
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