domingo, 21 de noviembre de 2021

El Análisis de Brechas (análisis GAP)


El llamado Análisis de Brechas corresponde a una de las más utilizadas herramientas estratégicas por parte de las organizaciones. 

Su planteamiento básico es la comparación de una situación actual con un escenario deseado de modo que tomemos conciencia de la distancia que separa ambos supuestos.

Su aplicación se ha extendido gracias a su enorme versatilidad pudiendo aplicarse a prácticamente todas las áreas de cualquier organización desde la gestión de ventas al planteamiento de objetivos empresariales así como al desarrollo de capacitaciones necesarias para los empleados, el lanzamiento de nuevos productos o servicios por parte de una entidad y, por supuesto en las dinámicas de implementación de sistemas de gestión de calidad.

Históricamente se han determinado para el análisis de brechas, varias fases para su aplicación:


En un primer lugar se debe determinar el estado actual en el que nos encontramos así como el estado deseado u objetivo. En este caso es preciso investigar y delimitar claramente, con la mayor información posible, ambos estados de modo que la organización sea consciente del punto de partida en el que se encuentra.  Este punto es básico para el comienzo de cualquier análisis de brechas (también conocido como análisis GAP por sus siglas en inglés) pues su correcta determinación nos guiará para conocer claramente “la brecha” que diferencia lo que tenemos y lo que deseamos. En este punto se suelen efectuar reuniones con las personas implicadas en el aspecto analizado para comprobar y revisar todos los puntos de vista y aspectos que pueden influir tanto en la situación existente como en la deseada.

Como segundo punto y asociado a la determinación de la brecha en entre ambas situaciones se debe efectuar un análisis tanto de los factores como de los motivos que las “diferencian”. En este punto los análisis causa-efecto u herramientas similares suelen ser empleados para comprobar, desde diferentes puntos de vista, y determinar que opciones tiene la organización para conseguir alcanzar la situación deseada. La importancia de este paso no es menor pues la correcta determinación de las causas y situaciones que nos sitúan en la fase actual actúan como punto de partida sirven como base para la determinación de las actuaciones correspondientes con objeto de “subsanar” y planificar correctamente los diferentes pasos a adoptar y la estrategia correspondiente para situarnos en el estado deseado.


La etapa siguiente corresponde de un modo lógico a la delimitación de las diferentes actuaciones a adoptar para alcanzar la situación deseada. También en este punto la dinámica de análisis de brechas “tira” de otras herramientas estratégicas tales como el planteamiento de objetivos SMART

Una vez que la empresa ha delimitado los diferentes motivos que separan ambos estados se procede a planificar el conjunto de actuaciones a llevar a cabo para “superar la brecha”. 

En este punto entra en juego tanto la programación temporal de las acciones a llevar a cabo como la delimitación de los recursos (humanos, formativas, relacionados con la infraestructura, económicos, etc.) que deben ponerse en juego para conseguir situarnos en el escenario deseado.

El proceso exige también un conjunto de controles periódicos para verificar los diferentes hitos marcados en la programación de acciones delimitada con objeto de corregir o reforzar ciertas medidas adoptadas en aras de la consecución del escenario deseado.


Los que trabajamos como consultores implementado sistemas de gestión de calidad, en muchas ocasiones solemos emplear el análisis de brechas de modo que comparamos, en una revisión inicial, la situación de la organización en relación a los diferentes puntos marcados por la norma de referencia. En este punto observamos que aspectos de la organización cumplen con los requisitos demandados, cuales precisan de alguna modificación y que puntos la organización no tiene organizados o contemplados en su metodología de trabajo y es necesario implementar. Esta metodología nos permite junto con los responsables de la empresa a diseñar un plan de actuación de modo que se efectúe la “introducción” de los parámetros de calidad de un modo ordenado y lógico, en beneficio de la organización.

Otro de los puntos donde su aplicación se hace más patente en consultoría es en el proceso de delimitación de los objetivos empresariales. Con la irrupción del planteamiento basado en riesgo los actuales sistemas de gestión tienen “la primera piedra” para delimitar los aspectos más relevantes en su dinámica de trabajo incluyendo la “valoración” de la relevancia de estos aspectos. Su integración el prácticamente lineal para la determinación de los posibles objetivos de la organización lo cual lleva implícito la comparación del estado actual como el estado deseado por parte de las empresas. La correspondiente programación de los objetivos conlleva la necesidad de delimitar recursos y mejoras asociadas para su consecución así como un “escenario” de control de la evolución en el tiempo de dichas acciones. Por ello su tremenda relevancia en la llamada Gestión por Objetivos.

En resumen el empleo del análisis de brechas es bastante común en las entidades, aunque en muchas ocasiones no lo denominemos con dicho nombre. Su empleo permite una versatilidad desde situaciones sencillas a aspectos más complicados y con un gran número de variables a considerar. Se considera, por tanto, una de las herramientas más empleadas en la estrategia empresarial.

 

“Todo lo que realmente nos pertenece es el tiempo; incluso el que no tiene nada más, lo posee.” Baltasar Gracián, escritor y jesuita español del siglo XVII.


Autor. J. Daniel Blanco


 

viernes, 15 de octubre de 2021

Modelos mentales y su impacto en la cultura de la calidad (por Macarena A. Bernabei)

 

En el pasado recorrimos juntos el Camino de la Calidad, hablamos sobre el significado de la cultura que la abarca, como se construye, cuál es el papel del líder y como a través de la calidad perseguimos la innovación y la mejora continua. También estudiamos en profundidad el Kaizen… dijimos que en pocas palabras es una filosofía de mejora continua y que, en definitiva, la mentalidad Kaizen es la cultura de la calidad orientada hacia la excelencia. Hoy vamos a explorar el impacto de nuestros modelos mentales dentro del contexto de la calidad y su aporte a la mejora continua.


Comencemos…

Un modelo mental es un conjunto de creencias interrelacionadas que dan forma a la manera en que comprendemos cómo funciona el mundo y construimos expectativas para el futuro. Si lo llevamos al universo de la calidad organizacional, los modelos mentales pueden moldear cómo un colaborador piensa o entiende la cultura de la calidad y los sistemas y dinámicas que la integran.

Los modelos mentales pueden ser más o menos detallados y complejos, puede haber aspectos compartidos entre los actores en la gestión de sistemas de calidad y mejora continua o no, y pueden ser sustancialmente tácitos, es decir, de acceso limitado a la introspección (Hansei).

Consideramos el concepto de modelo mental como una forma transversal de ver los desafíos de implementación y gestión. Por lo tanto, comprender y actuar sobre la forma en que diferentes colaboradores y equipo de trabajo conceptualizan los modelos mentales relacionados con la calidad y la mejora continua, tanto individual como colectivamente, puede ser fundamental para el éxito de esta, ya que los modelos mentales pueden revelar desafíos que en principio podrían parecen poco claros.

Uno de los desafíos más comunes que debemos superar es la resistencia natural a la adopción de una postura crítica sobre procesos y dinámicas de trabajo propios. Sin embargo, superar este escollo, es el primer paso en el recorrido del camino de la calidad.

Otro factor para tener en cuenta son las implicaciones sobre cómo se acepta, rechaza y gestiona la información. Crucial al momento de evaluar riesgos, causas raíz y acciones correctivas.

Lo que nos lleva a otro gran desafío vinculado a modelos mentales limitados al ser expuestos a dinámicas de trabajo basadas en sistemas de calidad y mejora continua, la comunicación.

Cuando la nueva información contradice una creencia fundamental del modelo mental propio, de un colaborador o un colectivo, suele ser mucho más fácil rechazar la nueva información generada como consecuencia de una implementación o acción de mejora. Por lo tanto, los modelos mentales tienen implicaciones importantes para el aprendizaje continuo y para la resistencia a la nueva información.


Cómo utilizamos los modelos mentales para superar los desafíos



Si aceptamos que los modelos mentales de los diferentes miembros de la organización pueden tener una influencia poderosa sobre si la implementación y/o gestión ocurre o no, o si ocurre exitosamente y se mantiene, es útil saber cómo identificamos el modelo mental de un individuo o grupo y evaluar si estos modelos mentales están facilitando el proceso o sirviendo como barreras.


Por otro lado, los modelos mentales pueden ser poderosos impulsores de una implementación y/o gestión exitosa. La clave está en la toma de decisiones compartida.  Este es un proceso de comunicación en el que los líderes y los colaboradores trabajan juntos para tomar decisiones informadas que se alinean con sus preocupaciones, preferencias, objetivos y valores.

El fracaso de tal convergencia, a la inversa, también puede resultar en una implementación y/o gestión fallida.

Por lo tanto, puede ser conveniente que el líder de la implementación utilice un marco vinculado al pensamiento científico (Design Thinking) con un análisis de riesgos y oportunidades para identificar posibles lugares donde pueden residir los desafíos relacionados a limitaciones del modelo mental de un grupo o colaborador.

Esto proporciona información valiosa sobre lo que podría ser una posible vía para resolver el problema. Algunos modelos mentales están tan arraigados en pensamientos y valores que cambiarlos es poco probable o requerirá mucho esfuerzo durante un período de tiempo prolongado.


Aprender a pensar mejor, el camino hacia la de toma de decisiones inteligentes

La calidad de nuestro pensamiento es proporcional a los modelos que tenemos en la cabeza y su utilidad en la situación que nos ocupa.

Cuantos más modelos se posea, cuanto más equipada esté nuestra caja de herramientas, más probabilidades tendremos de tener los modelos correctos para incorporar una mentalidad orientada a la calidad y la mejora continua.

Compartir conocimientos y aprender los conceptos básicos de otras disciplinas (aprendizaje diverso y continuo), conduce a una comprensión más completa del “universo” que nos rodea y permite tomar mejores decisiones.

En lugar de tomar decisiones rápidamente, es conveniente darnos un tiempo para hacer una pausa y considerar todas las opciones. La clave es poner a prueba nuestras suposiciones o modelos mentales. Tratar de ver las cosas de manera diferente, experimentar y también hablar con otras personas que tengan opiniones diferentes a las nuestras.

Pincha en la imagen para ver el vídeo


Estimular estas conductas positivas en los miembros del equipo es otra de las habilidades de cualquier buen líder, y clave en una organización que basa sus estrategias de negocio sostenible en la gestión de la calidad y mejora continua.

Es vital evitar los modelos mentales relacionados con una metodología de gestión tradicional solo porque actualmente da resultados o porque “siempre se hizo así” y, en su lugar, implementar modelos más innovadores que tengan como objetivo la mejora continua a través de la mirada crítica de los procesos establecidos y el design thinking.

Esto podría conducir a un mayor éxito sostenido en el tiempo, el desarrollo del potencial del individuo, un clima de trabajo positivo, la satisfacción total del cliente y potencialmente, a mayores ganancias para la organización.


Te invito a visitar y formar parte de mi canal de #YouTube https://www.youtube.com/c/MacarenaABernabei 

Allí te espera una caja de herramientas especialmente diseñada para asistirte en la búsqueda de la #excelencia.

 MAB | Calidad aplicada al Servicio



lunes, 11 de octubre de 2021

¿Qué nos impide tomar mejores decisiones en la empresa?, por Javier Arévalo


En una reunión reciente con la alta gerencia de uno de nuestros clientes globales del Fortune 500, salió a la luz un tema controvertido: en nuestra cultura occidental cuando algo sale mal acostumbramos a señalar al responsable; a quien con frecuencia hacemos pagar con su cabeza, sino con su reputación.

Generalmente, ese alguien es un gerente, quien día a día se enfrenta a tomar decisiones. Para ello ha sido contratado. 


Y aun cuando su decisión sea correcta, puede generar resultados negativos si los criterios fundamentales en los que se basa están errados, fácilmente se puede desatar una tormenta dentro de la empresa.

Al pensar en ello recordamos lo que muchas veces le escuchamos decir al Dr. Goldratt:

“Usted puede decidir ignorar la realidad, pero la realidad no le ignorará a usted”, Ayn Rand

“Usted puede ignorar a su restricción, pero la restricción no le va a ignorar a usted”, E. M. Goldratt

 

El mundo de la gerencia deja a un lado el hecho de que nuestras empresas son sistemas, algunas veces por falta de conocimiento, otras porque no lo encuentra relevante. Russell Ackoff, exponente fundamental del pensamiento sistémico, nos describió los 3 principios fundamentales que definen un sistema:


1.  Un sistema es un conjunto de elementos que están relacionados entre sí para generar un resultado.

2.  El resultado generado por el sistema es producto de las características de sus partes y más importante aún de la interacción entre ellas.

3.    El sistema tiene al menos una propiedad que no puede ser reproducida por las partes aisladas, o separadas del mismo.

 

Para tomar mejores decisiones en la empresa, el tercer principio es la clave para entender por qué muchas de las decisiones que tomamos a diario para asegurar el buen desempeño se basan en criterios errados y producen resultados inferiores a los deseados, no resuelven los problemas que tenemos, o desatan la tormenta dentro de la empresa.

Los criterios en los que basamos nuestras decisiones deben considerar siempre que un sistema, y por ello nuestra empresa:

 

·        Tiene propiedades como un “todo” que ninguna de sus partes tiene.

·        Es más que la suma de sus partes.

·     Tiene interacciones entre sus partes que son más relevantes que el desempeño individual de cada parte.

·        Estructuralmente es un todo divisible, pero funcionalmente es un todo indivisible – pierde sus  

propiedades esenciales al separarse sus partes.

 

¡Nuestras empresas son sistemas y no lo debemos, no lo podemos ignorar!

 


Por: Javier Arévalo – Goldratt Consulting Partner LA

 Redes del autor: Javier Arévalo