La "influencia" ambiental en la calidad |
Muchos Sistemas de Calidad incorporan parámetros
ambientales en su control organizativo. La posibilidad de integrar los sistemas
ambientales y de calidad bajo una misma sistemática que además posteriormente
puede ser auditada en conjunto ofrece una mayor “amplitud” en el campo de
actuación del sistema organizativo de la empresa.
Centrándonos en los requisitos de la norma 14001 (la cual a fecha del presente artículo
también se encuentra en revisión) se pueden considerar como dos los
parámetros más relevantes a tener en cuenta para “ampliar” el campo de
actuación de la 9001 integrándose en el ciclo de mejora continua de la
organización:
- El control y seguimiento de los llamados requisitos normativos/legales. Teniendo en cuenta que uno de
los parámetros básicos de las Políticas Ambientales es el cumplimento
“explícito” de la legislación y normativa en vigencia este particular se
convierte en un punto “relevante” de los sistemas integrados. La necesidad de
“listar” el conjunto de requisitos (no la legislación o normativa sino los
parámetros de la misma que a nuestra entidad le es de aplicación) e implementar
su “cumplimento” dentro de nuestra organización se convierte en parámetro
básico a tener en cuenta en cualquier sistema que abarque aspectos ambientales.
La evolución de este requisito “obliga” a mantener un control de la normativa
que nos aplica así como comprobar la evolución en el tiempo de dicha normativa
(modificaciones de leyes, derogaciones, etc. y su influencia en los requisitos
controlados).
- El estudio de los aspectos/impactos ambientales de nuestra
organización.
Este punto puede considerarse como el más relevante desde la perspectiva
ambiental. Conlleva a considerar la empresa en su relación con el medio ambiente
que la rodea determinando los diferentes aspectos (considerando éstos como elemento de las actividades, productos o
servicios de una organización que puede interactuar con el medio ambiente, es
decir su consumo de agua, generación de residuos peligrosos, consumo de
combustible, etc.) que tienen interrelación con su entorno ambiental y
marcando unos criterios de valoración y ponderación de los mismos, generalmente
por criterios de cantidad, frecuencia, comparativa con periodos previos, etc*.
de modo que se determine su “significatividad” posterior de cara a la
priorización de las actuaciones y diseño de objetivos.
*Nota. Personalmente, y como consultor, yo
suelo también plantear un criterio de valoración económica de los aspectos pues este punto suele ser muy visual de cara a la
Dirección y clarifica posteriormente la adopción de medidas de actuación. Este
planteamiento no es del todo “ortodoxo” y así me lo han hecho ver en alguna
auditoría pero entiendo que se encuentra más “allegado” a la realidad del
funcionamiento de una empresa.
De los dos puntos mencionados el primero “obliga” suele
conllevar estar pendiente de los cambios normativos que puedan producirse y
“repercutirlos” en nuestro sistema a medida que se van produciendo (siendo muy
referente el punto de licencias, autorizaciones, etc. que sean legalmente
exigibles para el desarrollo de nuestros trabajos). Por otro lado es estudio de
los aspectos ambientales así como de los impactos que generan y la
determinación posterior de los criterios de evaluación es el punto de partida
para comprobar “hasta” donde debe llegar, en mínimos, nuestro sistema ambiental
y constituye el punto de partida para el diseño y desarrollo de la
documentación y registros correspondientes y su integración en la sistemática
de procesos
de calidad de la entidad*.
*Observación. Considero que la
determinación de los aspectos es una de las primeras fases a efectuar por parte
de la organización (¿evaluación ambiental inicial?) y que debe realizarse en
profundidad para tener clara la “visión ambiental” de nuestra organización y
las necesidades precisas, siendo un gran apoyo para el desarrollo de la
documentación necesaria.
Otros puntos relevantes a considerar son los requisitos de
control de documentación y registros (que no ofrecen ninguna complicación en
los sistemas al integrarse con los definidos por la 9001), la necesidad de
efectuar valoraciones de planes de emergencia (conlleva una parametrización
clara de las actividades de la organización que puedan conllevar situaciones de
emergencia) y una serie de puntos de control de proveedores y su
priorización por actuaciones ambientales que vienen como consecuencia del
propio diseño de la 14001.
El “toque verde” que un sistema ambiental confiere a un
Sistema de Gestión de Calidad, más allá de la consecución del certificado y la
“elevación comercial” de la organización, se hace patente en que las
consideraciones ambientales “empapan” los criterios de decisión de la Dirección
y entran a formar parte de las consideraciones que se tienen en cuenta para la
determinación de mejoras y objetivos del Sistema. Por otro lado y al igual que
sucede con la calidad la necesidad de que el personal se encuentre
correctamente formado y sea partícipe de sus actuaciones “correctas” con el
fin de evitar problemas ambientales se convierte en la “piedra angular” de la
evolución de estos sistemas (baste citar como ejemplo la concienciación para la
separación selectiva de los diferentes residuos en un taller u oficina).
Personalmente, tal vez como consecuencia de que soy Ingeniero
Agrónomo (los años de carrera pesan lo
suyo), estoy convencido de la mejora que estos sistemas aportan al conjunto
de la sociedad y creo que la alineación de las normas ISO permite fácilmente su
integración en sistemas ya existentes de calidad (o su implantación conjunta)
sin mayor dificultad. En muchos casos, en mi actuación como consultor, he
“rescatado” indicadores o valores ambientales que se convierten en
relevantes en organizaciones que sólo están acreditados bajo parámetros de
calidad, muchas de estas empresas determinan alguno de sus objetivos con un
claro “sesgo” ambiental o mantienen un control sobre su “huella de carbono”
empresarial de modo que comprueban su evolución a lo largo de los años
enriqueciendo, en cualquier caso, el conjunto de datos analizados y ampliando
sus criterios para la toma de decisiones.
“Si piensas con una año de adelanto, siembra
una semilla…, Si piensas con 10 años de adelanto, planta un árbol”. Poeta
chino, año 500 a.C.
Autor: José Daniel Blanco Alonso
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