Teóricamente
consideramos la innovación como el proceso de crear o mejorar algo de modo que
se genere una utilidad para las personas, las empresas o la sociedad en
general. La dinámica de la innovación puede enfocarse desde diferentes
vertientes tales como la tecnológica, la social, la educativa, la ambiental,
etc., siendo un proceso que conlleva creatividad, investigación,
experimentación, colaboración y aprendizaje continuo.
La innovación precisa de una cultura empresarial que valore la diversidad, anime a la curiosidad, asuma el factor riesgo de un nuevo proyecto, pueda asumir el fracaso de algunas de las actuaciones emprendidas y principalmente fomente la adaptación al cambio y a las situaciones de incertidumbre que se desarrollan en todos los aspectos de la sociedad en los últimos años. Su implementación en las organizaciones precisa de la creación de un entorno que facilite el acceso a la información de la empresa, anime a la formación continua por parte del personal, los recursos económicos necesarios, la infraestructura necesaria para desarrollar las ideas correspondientes y los medios adecuados para difundir las “ideas innovadoras”.
La norma UNE 166002:2021 se trata de una norma técnica que marca un conjunto de requisitos y orientaciones para que una organización gestiones de un modo organizado y eficaz sus diversas actividades de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i). Su implementación e las empresas pueden aportar beneficios en relación a la mejora del desempeño, la competitividad y el valor de la organización de cara a sus partes interesadas.
La
norma UNE 166002:2021 se fundamenta en ocho principios para la gestión de
la innovación:
- Generación de Valor. La innovación
debe contribuir a la consecución de los objetivos estratégicos de la organización
procurando la satisfacción de las necesidades y expectativas de sus partes
interesadas.
- Liderazgo enfocado al futuro. La alta dirección de la organización debe impulsar y apoyar la cultura de la innovación. Es la encargada de desarrollar la Visión y Misión de la organización, fomentando la creatividad y el aprendizaje continuo.
- Dirección estratégica. Deben encontrarse definidos y comunicados su Política y Objetivos de I+D+i y asimismo alineados con su estrategia y entorno empresarial (ver Gary Hamel y la Estrategia).
- Cultura. Como aspecto muy importante la empresa debe promover valore y actitudes que desarrollen la innovación: colaboración, diversidad, confianza, riesgo controlado y tolerancia al fracaso.
- Ideas con propósito. Punto relevante la identificación de oportunidades y la generación de ideas que enfoquen soluciones a problemas o necesidades de sus grupos de interés. En este punto la “captación” tanto de ideas internas a la organización como externas es fundamental.
- Gestión de la incertidumbre. Necesidad de efectuar una evaluación y gestión del conjunto de riesgos y oportunidades asociados a las actividades de la organización y relacionadas con el sistema de investigación, desarrollo e innovación. En este punto se debe prestar especial atención a aspectos técnicos, económicos, sociales y de carácter ambiental.
- Adaptabilidad. Aspecto clave de cualquier sistema de gestión en los últimos años. En relación a la innovación la entidad debe ser capaz de asumir y gestionar los cambios en el entorno y el mercado que se van produciendo así como las “salidas” recogida mediante el análisis de resultados y aprendizaje recogidos en el propio proceso de I+D+i.
- Enfoque sistémico. El sistema de
gestión basado en los requisitos I+D+i debe integrarse en el resto de procesos
y sistemas de la organización. Tanto los recursos como las competencias
necesarios deben quedar reflejadas en las funciones y operaciones
correspondientes. La innovación debe “trascender” tanto a los socios
estratégicos de la entidad como al conjunto de sus colaboradores externos.
Su aplicación efectiva, por parte de una organización, se efectúa mediante el enfoque basado en procesos (común con otras normas de referencia como la 9001 de calidad o la 14001 de medio ambiente), implicando su desarrollo en cinco bloques:
- Identificación de
oportunidades.
Puede considerarse como uno de los aspectos principales para su desarrollo. La
necesidad de detectar y analizar tendencias, necesidades, problemas o retos que
puedan generar demandas o soluciones innovadoras por parte de la organización
constituye el principio de la I+D+i.
- Generación de conceptos. Proceso de generación y selección de las ideas que puedan originar “actuaciones” innovadoras que puedan dar solución a las oportunidades detectadas en el punto anterior.
- Validación de conceptos. Constituye la verificación de la viabilidad técnica, económica y comercial de los conceptos recogidos analizando además su grado de novedad y diferenciación con lo existente en el mercado.
- Desarrollo de soluciones. Fase de prueba de las soluciones delimitadas que están basadas en los conceptos validados mediante un proceso de seguimiento de los requisitos que se han establecido previamente.
- Explotación de
resultados.
Será la última etapa donde se procede a difundir y comercializar las soluciones
innovadoras desarrolladas por la organización, efectuando una evaluación de su
impacto y rentabilidad correspondientes.
Poco a poco, la necesidad de gestionar proceso de innovación por parte de las organizaciones se va abriendo paso, convirtiéndose en una necesidad estratégica. La implementación de actuaciones relacionadas con I+D+i inciden en el ciclo de mejora continua (más relacionada con la llamada innovación incremental) marcado por los sistemas de gestión de calidad y su posibilidad de integración con ambos sistemas es totalmente valorable ofreciendo ventajas importantes a las organizaciones especialmente y de cara a las situaciones de cambio que están trayendo los últimos años.
“Un
emprendedor ve oportunidades allá donde otros solo ven problemas”, Michael
E, Gerber, autor, formador y conferencista en habilidades empresariales
estadounidense del siglo XX-XXI
Autor.
J. Daniel Blanco
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