viernes, 12 de septiembre de 2014

Auditores "vs" Consultores (Sistemas de Gestión)

En los procesos de implantación y mantenimiento de un Sistema de Gestión de Calidad, Medio Ambiente, Energía, Prevención, etc., que cuenta con la colaboración de un asesor externo, y durante el desarrollo de las Auditorías necesarias para la comprobación de la “corrección” de dicho Sistema se produce la triple relación del cliente, el consultor y el auditor.

Dicha situación se convierte en no muchas ocasiones en “enfrentamiento” cuando realmente, la auditoría, se trata de una de las más poderosas herramientas de mejora de los sistemas de gestión. 

La aportación tanto de auditores como de consultores al cliente puede multiplicarse si el desarrollo de la auditoría cumple con su finalidad prevista desarrollándose armoniosamente.

La aportación de los consultores se traduce en:

-  El mejor conocimiento de la empresa auditada al haber participado en el desarrollo, implantación y/o mantemiento del Sistema de Gestión revisado comprendiendo en mayor medida su estructura, dinámica de trabajo, tiempos, etc. Esto puede suponer una ventaja en el desarrollo de la auditoría al facilitar el trabajo y las “entrevistas” al equipo auditor.

-    La mayor comprensión de los requisitos de la norma de referencia (9001, 14001, 500001, EFQM, etc.) que su cliente (esto suele suceder en la mayoría de las ocasiones) que contribuye a orientar al cliente en el “lenguaje” y proceso de auditoría y servir de “puente” con entre el éste y el equipo auditor ante posibles “puntos oscuros”.


Por otro lado los auditores ofrecen:

-       Una total objetividad a la hora de analizar el Sistema de Gestión de la entidad auditada ya que no están “contaminados” por las relaciones internas o el propio organigrama organizativo.

-     El rigor en la redacción de los informes de auditoría y “suministro” de conclusiones de la revisión efectuada recogiendo y presentando los datos recogidos de un modo organizado y estructurado.

-     Muestran una “tercera opinión” sobre el sistema que revisan lo cual es un valor “extra” de cara al cliente en relación al “estado” de su Sistema de Gestión.


Además ambos profesionales pueden aportar al cliente (en muchas ocasiones perfilado en la figura del Representante de Calidad) una elevada experiencia y conocimiento del sector empresarial correspondiente como consecuencia de las “horas de vuelo” acumuladas en su desarrollo profesional.

Teniendo en cuenta que tanto consultores como auditores no dejamos de ser proveedores del cliente, el desarrollo de las auditorías ofrece una “oportunidad de oro” para inculcar a los clientes la importancia de un Sistema de Gestión en las empresas así como los “beneficios” que de su correcto desarrollo la entidad puede obtener.

Muchos de nosotros hemos estado en “los dos lados de la mesa” (incluso, en nuestra carrera profesional, oscilamos entre ambos “lados de la moneda”) y, generalmente, agradecemos la “facilitación franca” del trabajo cuando auditamos y el “trato agradable y las explicaciones razonables” cuando hacemos de consultores.




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