Con más de 30
años de antigüedad los llamados 14 puntos de Deming continúan teniendo en la
actualidad toda su fuerza y compromiso en la implementación y mejora continua
de los Sistemas de Gestión de Calidad.
Su primera
reseña fue en el libro Out of the Crisis escrito por Deming en 1986 y
su vigencia es universal, siendo aplicables tanto a un pequeño negocio como a una
gran compañía y manteniendo su operatividad tanto en empresas dedicadas a la
fabricación como en organizaciones de servicios. Por otro lado la aplicación de
los 14 puntos muestra un compromiso por parte
de los líderes de una organización con la mejora continua de la calidad.
El resumen y la
aplicación (y mi punto de vista) de
los 14 puntos se muestra en los apartados siguientes:
1.
Crear constancia en el propósito de mejorar el producto
El objetivo
final de cualquier empresa es ganar competitividad y mantenerse en el negocio,
para lo cual son necesarias las acciones de investigación, formación, innovación
(asignación de recursos a largo plazo)
y mejora continua*. Se deben considerar tanto las actuaciones a corto plazo
como a medio, en la primera opción cobra especial relevancia mantener la
calidad de nuestro producto o servicio de cara a nuestros clientes de modo que
podamos mantener nuestra cuota de mercado por otro lado la visión a medio y largo plazo implica mejorar continuamente
nuestra competitividad de modo que podamos mantener viva nuestra organización.
Nota*. Curiosamente este objetivo primordial no está tan claro en muchas
entidades donde la generación de dinero se considera el fin principal del
negocio.
2.
Adoptar la nueva filosofía
Esta nueva
“religión” es la calidad pues los defectos, los errores, la formación
inadecuada conllevan un demérito en el prestigio de cualquier organización de
cara a sus clientes. Los errores no son gratuitos y la falta de confianza en un
producto y/o servicio (y en la marca que
lo respalda) elevan los costos, mientras que un servicio en el cual se
confía los reduce. La calidad
y su enfoque en la mejora continua debe aceptarse en la organización como
filosofía de trabajo y “empapar” todos los procesos de la organización.
3.
Dejar de depender de la inspección para lograr la calidad
El objetivo es
incluir la calidad en el producto o servicio desde el comienzo y en todos los procesos
de la organización. La inspección masiva con el fin de mejorar la calidad se
considera como “la planificación de los defectos” y la consideración de que el
proceso carece de la capacidad de efectuarse satisfactoriamente. El enfoque
“gira” hacia la responsabilidad de los
propios trabajadores como factores principales de cada proceso (empowerment).
4.
Acabar con la práctica de hacer negocios sobre la base del precio
La generación
de negocio únicamente jugando con el factor precio carece de sentido sin una
calidad que avale el producto o servicio. El precio bajo acaba afectando a
nuestras relaciones con los proveedores cuya “proliferación” acaba afectando a
nuestro propio negocio a medio plazo*. La búsqueda de relaciones e integración con buenos proveedores en el
medio y largo plazo con objeto de mejorar nuestros productos y/o servicios
aprovechando los recursos y talentos de estos proveedores y el trabajo más
estrecho con nuestra entidad.
Aclaración*. El coste de un producto no es su precio de
compra sino el precio de su uso.
5.
Mejorar constantemente el sistema de producción y servicio
Su objetivo
final es la reducción de costos constante bajo la “entrada” de la calidad en
todos los procesos que conforman la entidad. La Calidad
se vuelve global y deja de ser un departamento o influir únicamente
en el área de producción, entrando en todas las áreas de la organización desde
la generación de ofertas hasta el servicio post-venta incluyendo al propio liderazgo
de la empresa. Toda la organización debe participar de la mejora continua
debiendo buscar la optimización en la selección del personal, la gestión de la
formación adecuada, la mejor asignación de trabajos y dar la oportunidad a todo
el mundo de aprender y colaborar con su talento. Se convierte en
responsabilidad de la Dirección que el esfuerzo se efectúe de un modo continuo
estando obligada a reducir el desperdicio y tal como defendía Konosuke Matsushita "mantener el esfuerzo incansable en mejorar".
6. Implantar la Formación
6. Implantar la Formación
Punto vital en la filosofía de Deming que considera el trabajador como parte relevante para conseguir la mejora continua. La capacitación del personal y su adecuación continua es imprescindible para lograr la responsabilidad de cada persona con su trabajo y su realización de un modo satisfactoria. Los trabajadores deben tener las habilidades necesarias para conocer si su trabajo se efectúa de un modo correcto así como la posibilidad de actuar sobre los problemas que puedan presentarse (punto inicial de la innovación incremental).
7.
Adoptar e implantar el liderazgo
En todas las
entidades el liderazgo es responsabilidad
de la Dirección (así como de cualquier
cargo con responsabilidad). La implementación en la organización de la
calidad en todos los niveles, la atención (y
correcto tratamiento) de sugerencias* y la “entrega· de los equipos y
tecnología necesaria y apropiada son actuaciones vitales de la Dirección (curiosamente ha sido en la versión de 2015
de la Norma 9001 donde por fin ha aparecido esta palabra, al menos en su
versión en español). Acciones de guía y apoyo a los trabajadores así como
el reconocimiento de sus mejores aptitudes son requisitos actuales del liderazgo actual.
*Observación. Recomiendo la lectura de mi
artículo “Managment by Walking Around”.
8.
Desechar el miedo
La falta de
seguridad de los diferentes trabajadores que componen la organización es un
factor relevante de cara a cometer errores. El miedo a lo cambios “paraliza” a
los miembros de una organización pues la gente “deja” de realizar sus tareas
por miedo a confundirse. Construir un modelo de
confianza para enfrentarnos a la incertidumbre (que siempre estará con nosotros) es un
punto importante que los líderes de la empresa* deben trabajar, acciones de
capacitación y comunicación son herramientas importantes a aprovechar.
Nota. Ishikawa defiende que el 85 % de los errores
en las organizaciones son responsabilidad de la Dirección.
9.
Derribar las barreras entre departamentos
La competencia
“insana” entre diferentes áreas de la organización (principalmente por los limitados recursos de la organización) así
como la determinación de objetivos por parte de la Dirección a los diversos
departamentos sin una lógica común (en no
pocas ocasiones las metas de un área entran en contradicción con la de al lado)
son errores que anulan el trabajo eficiente (y los beneficios de la entidad). Las soluciones pasan por fomentar
el trabajo en equipo e implementar un verdadero trabajo por procesos que salte
las barreras entre los departamentos y estructuras en la organización más horizontales.
Por otro lado debe fomentarse el aprendizaje continuo del personal y ganar una
visión lo más amplia de la empresa que sea posible (las reuniones de los sistemas de calidad son una buena herramienta para
este particular) y crear un ambiente que prime la
cooperación frente a la competencia interna.
10. Eliminar eslóganes, exhortaciones y metas
Deming era un
autentico defensor de que los propios sistemas tenían un “limite” de calidad y
que no se puede exigir a un trabajador más de lo que el proceso permite, por
tanto era partidario de que la mayor parte de los problemas eran de los propios
sistemas implementados (causas comunes)
y que tan solo una pequeña parte de los problemas se debían a causas
especiales. Este es el punto de partida de la necesidad de los líderes de la
organización en promover la mejora continua del sistema (más allá únicamente de conseguir y mantener
el certificado de calidad) y de trabajar para la
integración de todo el personal en el mismo. La determinación de
lemas o metas que intenten superar los límites del sistema son el origen de
rivalidades internas y baja calidad.
11. Eliminar los cupos numéricos
Este punto va
en línea de la asignación de objetivos a la consecución de una determinada
cuota (de fabricación, de ventas, etc.),
sin tener en cuenta la calidad del proceso y tan sólo observando el factor
numérico pretendido. Esta línea conlleva una tasa muy alta de ineficiencia pues
el trabajador se esfuerza en conseguir su meta de cualquier modo sin considerar
en ningún momento el daño o deterioro a medio plazo para la organización. La
solución es marcar en todo momento un mínimo de
calidad adecuado para cada proceso y vigilar y mejorar
continuamente el proceso en sí.
12. Eliminar barreras
En este punto
Deming se centra en la necesidad de eliminar evaluaciones periódicas del
personal o sistemáticas de méritos que en último caso crean una competición
interior negativa y son fuente de confrontaciones. La mejora y el desarrollo
correcto de los trabajos se deben apoyar en una buena supervisión y liderazgo
del trabajo, en tener equipos y recursos adecuados. Debe formarse e informarse
correctamente a los trabajadores, se les deben exponer objetivos en su trabajo
de un modo claro, ser dirigidos y supervisados de un modo correcto y tener
acceso a sus recursos (incluyendo el
tiempo necesario) adecuados de modo que se fomente su participación
activa en el sistema de gestión.
13. Estimular la educación y la
automejora de todo el mundo
Muy relacionado
con el punto 6 definido anteriormente. Deming ya adelantaba los planes de
formación debían proponerse en línea con la visión y misión de la organización y
“entroncando” con la estrategia empresarial a todos los niveles de
la organización. El fin último es garantizar la ocupación de puestos de trabajo
por personal responsable y con competencia
suficiente, fomentando la mejora continua. Deming defendía que
los trabajadores y especialmente los cargos con responsabilidad debían formarse
en metodologías de trabajo en equipo y técnicas estadísticas (no debemos olvidar el mayor referente a
procesos de producción y fabricación por parte de Deming y sus trabajos en
relación al control estadístico de procesos).
14. Actuar para lograr la transformación
La gestión del cambio es un punto importante en los sistemas de calidad y los
procesos de mejora continua de las organizaciones. La implementación de la
sistemática de la calidad demanda un liderazgo efectivo de la dirección que
supere las “siete enfermedades mortales”. La capacitación del personal y su
integración en todo el proceso de calidad precisa del compromiso y la propia
concienciación y trabajo (comprometiéndose
con el ejemplo) de la alta dirección* con objeto de conseguir
el éxito de todo el proceso.
Observación. La correcta implementación de un Sistema de Gestión
demanda la implicación real de la Dirección más allá de la contratación de un buen consultor y la determinación de un Responsable de Calidad. Tal y como comentó alguien
el mejor consultor nunca puede reemplazar a un mal directivo.
La dinámica del Ciclo de Deming como herramienta para la mejora continua así como la
implicación de la formación y “promoción” de todo el personal en los Sistemas
de Calidad continúan, en 2014, siendo una conclusión lógica de la aplicación de
los 14 puntos reseñados*.
“La Gerencia al mando debe tener orgullo en la aplicación de la Nueva
Filosofía y en las nuevas responsabilidades adquiridas. Debe tener el coraje de
romper con la tradición, inclusive hasta el punto de que se sienta un exiliado
entre sus similares.”
W. E. Deming. Consultor estadounidense difusor del
concepto de la calidad total
Autor: J. Daniel Blanco
Alonso
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