El llamado análisis de riesgos y oportunidades puede que se trate de uno de los apartados más novedosos de la versión de 2015 de la norma ISO de calidad.
Implementado
para “reforzar” la cultura preventiva de los Sistemas de Gestión de Calidad
más allá de las antiguas actuaciones preventivas, se trata de uno de los
apartados a los que un mayor tiempo hemos dedicado los consultores con el fin de
ponernos al día en este requisito.
Básicamente
este análisis de riesgos y oportunidades se ha planteado en las organizaciones
siguiendo los “enlaces” de la norma ISO, es decir teniendo en cuenta tres
factores principales:
Requisitos de
Partes Interesadas
Mediante
el cual la empresa efectúa primero una relación de todos sus grupos de interés: dirección, trabajadores, proveedores, etc., y
posteriormente delimita aquellas necesidades o demandas de los mismos que
pueden dar lugar a riesgos u oportunidades.
Consideración de
Debilidades y Fortalezas
Determinado
en muchas entidades mediante un análisis DAFO de la organización (tanto a
nivel general como por departamentos) y considerando en gran medida factores
externos a la organización mediante el apoyo en herramientas PEST
o PESTEL*.
*Observación.
Punto relevante ya que ha obligado a las empresas y sus Sistemas de Calidad a
“mirar” fuera de sus límites como entidad considerando su entorno, evolución
del mercado, etc.
Evolución de
Procesos
Se
trata del apartado más conocido ya que desde la versión del año 2000 los
sistemas de calidad se han diseñado y organización por procesos asociando a la mayor
parte de los mismos indicadores de referencia que nos informan de la evolución
de las diversas actividades o departamentos que conforman la empresa. Debido a
este histórico su integración en el análisis de riesgos se ha tratado de un aspecto
más sencillo.
Estos
tres factores conforman los elementos de entrada en el análisis de riesgos que
se suele llevar a cabo enmarcándose su realización durante la realización de la
Revisión del Sistema como paso preliminar al marcaje de objetivos y mejoras
del Sistema generalmente para el siguiente periodo anual.
Análisis de Riesgos y Oportunidades (II) |
Por
supuesto el propio análisis de riesgos y oportunidades se suele efectuar
siguiendo una metodología de evaluación de cada elemento a revisar mediante la
valoración de la probabilidad de su ocurrencia y el correspondiente impacto
que puede conllevar en la organización. Esta puntuación suele plantearse en
tres niveles (bajo, medio y alto) y el resultado generalmente se recoge en una
matriz de 3x3 en la cual y, dependiendo de la puntuación final recogida, suelen
delimitarse tres tipos de actuaciones “a priori”; a saber:
- Valoraciones
elevadas.
Para estas puntuaciones la organización suele plantear actuaciones en el año
siguiente (generalmente en un plazo de 3 a 6 meses) para reducir el riesgo o
aprovechar las oportunidades referidas.
- Valoraciones medias. En este caso se
suelen plantear acciones a más largo plazo (entre 6 meses y 1 año) o medidas
más “suaves” de control, incluso puede llegar a asumirse el riesgo por parte de
la empresa. En el “escalado” de actuaciones en el siguiente año quedarían
“detrás” en el tiempo que las actuaciones con valoración elevada.
- Valoraciones bajas. Generalmente las
organizaciones no suelen adoptar ninguna actuación para este tipo de “entradas”
asumiendo el riesgo o no considerando relevantes la oportunidad referida.
Debe
tenerse en cuenta que este planteamiento, como cualquier otro que pueda
determinarse, debe permitir cierta flexibilidad pues por un lado podrían
determinarse requisitos que la entidad no considera como riesgos u
oportunidades por lo cual generalmente se listan pero no se analizan y por otro
lado pueden recogerse resultado de valoración alta/media cuyas actuaciones sean
incompatibles entre sí* por lo cual la Dirección deberá decidirse por una de
las opciones.
Nota*. Como ejemplo podríamos tener como resultados la
opción de diversificar el negocio frente a la focalizar
el mismo en una sola línea de trabajo.
Análisis de Riesgos y Oportunidades (III) |
Como último paso, tras el análisis llevado a cabo la empresa (especialmente su Dirección) determinará, vía objetivos o mejoras, las actuaciones programadas, generalmente, en su siguiente periodo anual que configurará la estrategia del Sistema de Gestión en el futuro cercano de la organización.
El
seguimiento y control tanto del programa de objetivos y mejoras así como de los
elementos analizados vía riesgos y oportunidades se efectúa periódicamente
(generalmente de un modo trimestral o cuatrimestral) por las empresas dentro de
su Sistema de Gestión de Calidad de modo que todo el proceso pueda ser
actualizado según nuevas necesidades*.
Observación*. En relación a este punto tenemos, actualmente, el
triste ejemplo del Covid-19 que muchos consideran un ejemplo de Cisne Negro,
que ha llevado a muchas empresas al replanteo de su impacto en la organización
y a la adopción de medidas extraordinarias y que están afectando a todos su
procesos y recursos (ver PD).
El
requisito de la gestión del riesgo en los actuales Sistemas de Gestión ha
modificado toda la dinámica de planteamiento y mejora continua de la calidad.
Las organizaciones han tenido que revisar sus mapas de procesos integrando este
análisis en su secuencia y “abrir” sus sistemas a consideraciones externas más
allá del propio proceso productivo o la cadena de suministro e incluir aspectos difícilmente cuantificables de modo que desde mi punto de vista
los actuales sistemas de calidad han “enlazado” poderosamente con la estrategia
real de la organización.
“Un barco siempre
está seguro en la orilla, pero no se construyó para permancer ahí”
Albert Einstein,
físico y científico alemán más influyente del siglo XX.
PD. Este artículo ha
sido escrito desde mi “confinamiento” junto a mi familia como consecuencia del
estado de alarma por el Covid-19. Mi mayor reconocimiento a todos los que están
trabajando directa e indirectamente por nuestro bienestar y un abrazo muy
grande para todos mis compañeros, amigos, familia, clientes y seguidores, esperando lo
mejor para todos.
Autor: J. Daniel Blanco