La Innovación Incremental y la Mejora Continua (I) |
La llamada Innovación Incremental tiene su base en la creación de valor sobre un producto o servicio de una organización mediante la generación sobre el mismo de una serie de mejoras.
Estas mejoras tienen como finalidad elevar la eficiencia final del artículo o servicio. Los cambios introducidos tienen por objeto la elevación de la satisfacción de los clientes y lógicamente mantener su fidelidad.
El proceso conlleva la mejora y perfeccionamiento de algo ya existente de mediante la aplicación de cambios que pueden afectar a su funcionalidad, mejora de las prestaciones, facilidad de uso, etc. (los que tenemos más de 40 años conocemos lo que era un teléfono hace 20 años y lo que es ahora) Se busca un cambio gradual de productos o servicios existentes estimulando a los clientes a mantener su producto o servicio con mejoras progresivas.
Sin
embargo y desde el punto de vista de los sistemas de gestión
de calidad y organizativos el producto o servicio se hace
extensivo a todos los procesos de la empresa, desde la prestación del
servicio propiamente dicha (fabricación/entrega o desarrollo del trabajo) así
como el conjunto de actividades de apoyo al mismo (gestión de recursos:
proveedores, infraestructura, personal, etc.), siendo el análisis periódico del
trabajo efectuado por la empresa la base para la mejora continua de la
organización.
El concepto de innovación incremental (o evolutiva) dentro de la sistemática de calidad “sufre” una ampliación que va más allá del producto o servicio prestado pues entran en consideración aspectos o partes de la entidad que están relacionados con el trabajo desarrollado de un modo indirecto pero que su eficiencia puede marcar (y en muchos casos determinar) el prestigio de nuestro producto o servicio*.
Observación*.
Podemos considerar dos ejemplos de lo más ilustrativos: un producto con unas
buenas prestaciones pero que se encuentre acompañado de un servicio post-venta
defectuoso y frustrante para el cliente o un servicio muy bien diseñado y que
cubre perfectamente las necesidades de un determinado cliente pero donde su contratación
sea una autentica “tortura”.
La Innovación Incremental y la Mejora Continua (II) |
Por
otro lado la nueva versión de la Norma 9001:2015
“imprime” a los Sistemas de Gestión la consideración de todos los actores que
pueden tener relaciones con la organización así como la consideración de aspectos externos a la entidad de modo que tanto las necesidades de los
primeros como los riesgos y oportunidades que pueden presentarse a partir de
los segundos sean tenidos en consideración en el correspondiente análisis de riesgos y oportunidades y sirvan de entrada para actuaciones
de mejora en el desarrollo del trabajo de la empresa, siendo estos puntos considerados en las correspondientes Revisiones del Sistema.
Bajo
este punto de vista las entidades deben considerar puntos como la evolución
tecnológica de su sector (en no pocas ocasiones la automatización de ciertas
actividades permite una mayor eficiencia y control de los procesos),
actuaciones de la competencia (aspecto relevante sobre todo con objeto de
comprobar nuestro “puesto” en el mercado donde operamos) y por su puesto las
opiniones de nuestros clientes actuales y potenciales* (tal y como expresaba Deming son el último juez de nuestro trabajo).
Nota*. Debemos evitar la llamada por Levitt "Miopía del Marketing".
Nota*. Debemos evitar la llamada por Levitt "Miopía del Marketing".
La Innovación Incremental y la Mejora Continua (III) |
Así dentro de estas tres “dimensiones” las mejoras incrementales actuarían dentro del presente y del medio plazo pues la organización tiene (y debe) optimizar sus trabajos actuales y las actuaciones disruptivas, cuya siembra, se produce en el corto plazo, suelen tener “su retorno” en el medio y largo plazo.
*Nota. En muchos aspectos se ha hecho
enfrentar a ambos términos asumiendo que una entidad debe “elegir” entre ambas
innovaciones. Desde mi punto de vista cualquier entidad debe apostar por ambas
vías (en mayor o menor porcentaje) con vistas a garantizar el equilibrio de su
propio desarrollo.
Lógicamente
el desarrollo incremental conlleva un factor de riesgo mucho más bajo el
trabajo disruptivo pues el producto o servicio es conocido por nuestra empresa
y los datos para su mejora en muchas ocasiones pueden ser obtenidos
internamente (el qué y cómo medir cobra en este punto una importancia enorme).
Por su parte la innovación disruptiva además de llevar consigo un factor de riesgo
más elevado (se apuesta por artículos o servicios que no están “probados” en un
mercado y se desconoce el comportamiento real final del cliente ante la
novedad) precisa de un mayor “imaginación” en su desarrollo. Esto conlleva en
que, en líneas generales, las empresas asentadas en un sector sean más
partidarias de la innovación incremental (mayor
conocimiento del mercado actual así como de sus productos y su marca reconocida
como entidad) y las nuevas organizaciones apuesten más por la innovación
disruptiva (necesidad de hacerse un hueco
apostando por una estrategia de diferenciación).
La
innovación incremental está directamente enfocada al proceso de mejora continua que forma parte de la calidad de cualquier empresa (aplicación de ciclo
PDCA de Deming) y busca por tanto la máxima eficiencia de los procesos
actuales que conforman la entidad, la "explotación" de los recursos internos constituye uno de los cuatro principios del éxito duradero de Stadler. Por otro lado su pareja de baile. la
innovación disruptiva, tiene puesta su objetivo en un horizonte más largo en la
organización así como en su configuración futura en el mercado. En cualquiera
de los dos casos los procesos de innovación se enfrentan a la inercia que existe contra el cambio y no se generan espontáneamente y son
el resultado de análisis de datos mezclados con algo de creatividad y una
apuesta por la configuración futura del mercado.
“La inspiración
existe, pero tiene que encontrarte trabajando.”
Pablo Picasso, pintor
español del siglo XX, uno de los creadores del cubismo.
Autor: J. Daniel Blanco