El Representante de Calidad |
Demandado por las versiones de Norma 9001 hasta el año 2015 la figura de “Representante de la
Dirección” desempeñaba un papel relevante en el desarrollo del Sistema de Gestión
de Calidad (y otros sistemas) en la empresa*.
Observación*. Quiero exponer que
en algunas ocasiones la figura del Representante de la Dirección y del
Responsable de Gestión de Calidad no eran la misma persona “otorgando” la
empresa diferente funciones aunque muy relacionadas, sin embargo en la mayor
parte de entidades la misma persona “ocupaba” ambas responsabilidades
conociéndose como Gestión de Calidad.
Sin embargo y a pesar de que en la versión de 2015 ya no se considere "obligatoria" esta función muchas organizaciones mantienen esta figura bajo el cargo de Dirección de Calidad o similar.
Su papel, generalmente a caballo, entre la Dirección y los cargos intermedios de la empresa le sitúan en una posición en muchas ocasiones difícil y complicada al tener “que actuar de puente” en infinidad de ocasiones entre “ambos lados” de la entidad.
Su papel, generalmente a caballo, entre la Dirección y los cargos intermedios de la empresa le sitúan en una posición en muchas ocasiones difícil y complicada al tener “que actuar de puente” en infinidad de ocasiones entre “ambos lados” de la entidad.
Su designación, para un proceso de implantación o mantenimiento, viene condicionada en relación a “la
envergadura” de la entidad oscilando entre la propia Dirección en
organizaciones muy pequeñas (o un cargo muy cercano a ella) hasta uno de los
Responsables de la entidad (Comercial, Compras, Administración, etc.) en
empresas algo más grandes*.
Nota*. En grandes corporaciones esta
figura suele ser efectuada por un Comité de Calidad que suele reunir a varios
miembros de la entidad generalmente con relaciones con todos los departamentos
de la entidad.
Es de reseñar que las directrices marcadas en la Norma ISO
9001 en vigencia “determinan” que el Representante de la Dirección debe ser una
persona del equipo directivo de la empresa. Este particular “de facto” en
empresas medianas y pequeñas no se cumple en todas las ocasiones aunque el
“cargo” elegido para desempeñar esta función suele ser en casi todas las
ocasiones alguien muy próximo a la Dirección de la empresa.
Desde mi experiencia como consultor y habiendo
desarrollado mi labor con muchas personas que han ocupado (y ocupan) este cargo
en sus empresas considero que dicho Representante debe “abarcar” las siguientes
“facultades” con el fin de evitar "problemas" en el mantenimiento y mejora del sistema de calidad:
- Un conocimiento “profundo” de la organización (así como de su entorno). Condición necesaria para marcar
y desarrollar los procesos de trabajo e desarrollar su mejora progresiva y la consideración de las partes interesadas en la organización y su peso en ella (los "factores" internos y externos deberán ser analizados p.ej. mediante una Matriz DAFO). La
redacción de procedimientos e instrucciones de trabajo así como las
posibilidades de mejora de los mismos vienen en gran medida “marcados” por este
punto. También influye en este apartado el conocimiento de los “resortes”
organizativos así como de lo que podemos denominar “puntos difusos u oscuros”
de la empresa (áreas complicadas, personas resistentes al cambio, etc.) Este punto es muy importante en la evolución del sistema en la empresa).
-
Un “relativo” conocimiento de la Norma de referencia. Expongo lo de relativo con
conocimiento de causa pues no considero condición relevante conocerse la norma
de arriba a abajo (es más muchos de nosotros no nos conocemos la última coma de
ella y en algunas ocasiones debemos volver a repasarla) aunque si que es verdad
que se deben controlar los requisitos generales demandados por ella de modo que
el representante sea capaz de relacionar las actividades de la empresa con los
requerimientos mínimos de la norma.
- Una buena relación con la Dirección*. Factor tremendamente importante y que en muchas ocasiones
se “pierde de vista” por la propia Dirección como consecuencia, en
muchas ocasiones de considerar la calidad como secundario. El llevar a las
organizaciones a “la calidad” obliga a la adopción de medidas (respaldadas con
datos) que en muchas ocasiones demandan ciertos cambios de actuación que deben
ser respaldados y/o financiados por la Dirección, en escenarios en que la
relación entre el Representante y la Dirección no sea “fluida” este “dinamismo”
requerido transforma a los Sistemas de Calidad en una “losa” y un “perdida”
(tanto económica como de tiempo). La buena relación con la Dirección influye
directamente en la “posibilidad” y “envergadura” de los recursos de los que
puede disponer el Responsable de Calidad y por ende en el mantenimiento y
mejora del Sistema de Calidad. Como parte importante de su trabajo está el de evitar las llamadas por Deming "las Siete Enfermedades mortales de la Dirección".
Nota*. Existen “Direcciones” que “tienen” que rendir cuentas a grupos de
socios, Direcciones de Grupo, socios, etc. por lo que su “autonomía” es algo
limitada por lo cual este punto también les sería de aplicación.
-
El “respeto” de los cargos intermedios y del personal. Del mismo modo que en el punto
anterior he marcado la relación del Representante “aguas arriba”, la
“conectividad” del Representante con los diferentes Responsables de Departamento
en primordial para “hacer funcionar” y mejorar progresivamente el Sistema de
Gestión aunando esfuerzos e implicándose en los “problemas” particulares de las
diferentes áreas y su interrelación horizontal. El tan,
últimamente, mencionado “nuevo liderazgo” sería totalmente de aplicación en este
aspecto considerando que las actuaciones del Representante “organizan” y
“lideran” los cambios pero siempre consiguiendo la aprobación y el respeto del
personal.
- El “punto” de profesor. Su conocimiento de los que el Sistema de Calidad
“impone” a los trabajadores y cargos intermedios debe hacerse ver, por parte
del Responsable de Calidad, al resto de participantes del Sistema (toda la
organización) por debajo de él/ella en el organigrama de la entidad (principio
aplicable también a la Dirección, y en
muchas ocasiones más difícil de conseguir). El Responsable de Calidad debe
“convencer” y formar del uso correcto de los registros del sistema así como del
seguimiento de los procedimientos e instrucciones marcadas a toda la empresa
para lo cual sus capacidades “formativas” deben ser importantes. En este punto
suele ayudar la “implicación” de los Responsables de Departamento en los
documentos que son de aplicación a su área lo cual allana el “camino de su
uso”. La formación en la calidad es uno de los pilares relevantes en el
buen desarrollo de los Sistemas.
- Gran capacidad analítica. La envergadura de datos que suministran los buenos
Sistemas de Calidad obligan a que el Responsable de Calidad tenga que “filtrar”
dichos datos y relacionarlos de modo que sirvan para “tomar el pulso” a la
empresa y delimitar las líneas de actuación futura. La capacidad de “síntesis”
es muy útiles en las reuniones con la Dirección (especialmente en las Revisiones del Sistema) de modo que se enfaticen los
valores o situaciones más destacables sin perdernos en aspectos menos
relevantes. El conocimiento y manejo de las herramientas de la calidad suele
ser un valor añadido de apoyo a esta característica.
- Visión global más allá de la calidad. Los buenos Sistemas de Gestión de la Calidad se
encuentran “imbuidos” en las empresas siendo las actuaciones de los mismos
indisolubles de los requisitos económicos, reglamentarios,
laborales, etc. El mínimo dominio o consideración de estos “factores” debe ser
una constante a tener en cuenta en la actuación del Responsable de Calidad. La
calidad busca la eficiencia en sus actuaciones pues los recursos de cualquier
entidad son limitados, bajo parámetros normativos o legales en muchas ocasiones
que deben tenerse en cuenta y siempre teniendo en cuenta que la calidad en
responsabilidad de toda la empresa la cual está formada por personas con
diferentes capacidades.
Por último debo resaltar que la mayor parte de los
Responsables de Calidad con los que he trabajado (y trabajo actualmente) son personas con gran liderazgo, con una gran capacidad de asumir y gestionar cambios y de cuestionar procesos o protocolos existentes, llenos de
curiosidad por “implantar” cosas nuevas y que sus sistemas evolucionen (en la
medida que sea necesario) y en la mayoría de las ocasiones con una capacidad de
trabajo tremenda en su búsqueda por la excelencia en sus empresas. Debo reconocer que en mis años de experiencia la mayor parte
de ellos me han ensañado mucho más de lo que yo les he ayudado en sus Sistemas*.
*Desde este artículo
mando un abrazo a: José Antonio, Aurora, Sonsoles, Aurelio, Marcelo, Carmen,
Amelia, Concepción, Beatriz, Paloma, Carlos, María del P., Julia, Ignacio,
Pedro Pablo, José María, Marisa y tantos otros que ocupan o han ocupado este
cargo en sus organizaciones y a personas que sin ocupar este cargo han ayudado
y ayudan en el desarrollo de mi trabajo como consultor: Patricia, Javier,
Fermín, Ana, Fernando, José Luís, Olga, Francisco, Mercedes, Juan Carlos,
Guillermo, Manuel, Fernando, Jesús, Mª. Teresa, J. Antonio, Jesús, Pilar, Carlos, Marta, Borja así como
otros muchos siendo de reseñar que entre los reseñados hay algunos directivos.
“Si caminas sólo,
irás mas rápido; si caminas acompañado, llegaras mas lejos.”