En
el año 2007, vio la luz “El Talento Nunca es Suficiente” un libro de John C.
Maxwell que nos ofrece una visión en relación a la existencia de personas que
logran desarrollar todo su potencial frente a aquellas que a pesar de tener lo
que consideramos “talento” se quedan en el camino. A continuación presento un
resumen con las 13 “lecciones”.
Creer (eleva tu talento)
Puede
ser considerada una de las principales limitaciones en el desarrollo de nuestras
capacidades. La falta de confianza en nuestras posibilidades
conlleva a no efectuar el trabajo de un modo correcto y genera sospecha tanto
en uno mismo como en los que nos rodean. La creencia en nuestras posibilidades
es una condición imprescindible.
Pasión (estímulo del talento)
Trabajar
en algo que nos gusta o desarrollar actividades en las que ponemos todo nuestro
interés constituye un factor determinante para explorar e ir más allá
invirtiendo todo el tiempo necesario en mejorar. La pasión constituye un
“arma” para resistir la adversidad que siempre acaba apareciendo en cada
actividad y es un aliciente para la superación de obstáculos.
La iniciativa (activación del talento)
Este
punto se basa, según Maxwell, en hacer siempre lo correcto sin que nos lo digan.
Esto supone un gran paso para el éxito. El liderar y ser, en muchas
ocasiones, el que marca el camino supone la apertura de posibilidades y
opciones que el resto de personas apenas vislumbran. La pasividad está
totalmente reñida con el desarrollo del talento.
El enfoque (dirección del talento)
El
intentar abarcar múltiples actividades supone una “merma” de energía y atención
lo que dificulta el desarrollo de nuestros talentos naturales. La eficacia
y la mejora continua precisa de estar centrados y enfocarnos. Desde este punto
debemos siempre desafiar las excusas que pueden surgir y poner nuestro foco en
el desarrollo de nuestros puntos fuertes y en la búsqueda de resultados.
La preparación (posiciona el talento)
La
propia definición de Maxwell delimita la preparación como mejora de nuestra
posición de modo que podamos anticipar eventos que pueden ocurrir en el futuro.
Este punto supone un valor en alza como consecuencia de los cambios que
están ocurriendo en los últimos años. Bajo esta premisa el futuro comienza en
el presente y nuestra formación y adquisición de capacidades se consideran un
proceso de evolución.
La práctica (afina el talento)
La
práctica “marca la frontera” de nuestro talento, éste nunca puede ir un paso más
allá. El trabajo de nuestra habilidad la “afina” y mejora continuamente
suponiendo retos que debemos superar y que van enriqueciendo nuestro
desarrollo. En este punto Maxwell marca la relevancia de “un poco más”, intentando “añadir” o ir un poco más lejos
cada vez desafiándonos a nosotros mismos.
La perseverancia (sostiene el talento)
Constituye
un “ingrediente” fundamental en el desarrollo de nuestro talento, pues las
opciones de “rendirnos en el camino” son múltiples como consecuencia de los
problemas y obstáculos que nos iremos encontrando. El éxito es enemigo de
la rendición y debemos evitar: tener un estilo de vida vacilante, creer que la
vida es fácil, creer que el éxito es un destino, carecer de visión y no tener
resistencia.
El valor (como prueba del talento)
Este
aspecto “entra de lleno” en los profundo de nuestro modo de actuar: nuestros principios
y valores, que serán, con toda seguridad, sometidos a prueba durante el
desarrollo de nuestro talento. Para evolucionar tendremos que salir de “nuestra
zona de confort” y enfrentarnos a situaciones nuevas y/o cambiantes y para ello
necesitaremos valor.
La disposición de aprender (ampliación del talento)
Este
punto vendría a ser como la “gasolina” de nuestro talento. Si no continuamos
nuestro proceso continuo de aprendizaje, de estudio y de desafío de
nuestros límites simplemente quedamos “estancados” frenando el desarrollo (y
las posibilidades) de nuestro talento.
El carácter (protección del talento)
Aquí
Maxwell “contribuye con el escudo” que protege nuestro talento. Tal y como
comenta el autor “la ausencia de un
carácter firme con el tiempo arruina el talento ¿Por qué? Porque las personas
no pueden escalar más allá de las limitaciones del carácter”. Bajo esta
premisa nuestro carácter marcará el límite y la máxima posibilidad de
nuestro talento. Este punto nos ayuda a “evitar los atajos” y a creernos
superiores entre otras cuestiones. La integridad se convierte en una necesidad
para proteger nuestro talento.
Las relaciones (como influencia del talento)
El
ambiente
en el que nos “movemos” infiere directamente en el correcto desarrollo de
nuestro talento. Necesitamos incrementar las relaciones que “refuercen” o
ayuden a desarrollar nuestro potencial así como minimizar aquellas que nos
llevan en el sentido opuesto. El primer tipo nos “empujan” hacia el éxito y el
segundo son como lastres que nos ralentizan e impiden avanzar.
La responsabilidad (fortalece el talento)
Según
el autor la responsabilidad es el ingrediente principal del éxito al desplegar
una reputación
fuerte e incrementar nuestras capacidades que a su vez elevan las oportunidades que
se nos presentan llevándonos a mayores responsabilidades por lo cual nuestro
talento se desarrolla y crece.
El trabajo en equipo (como multiplicador del talento)
Ultimo
“punto de valor” de Maxwell en relación al talento como muestra de evolución de
hacer del talento de algo grande a algo extraordinario. El autor “baraja” la
premisa de que el trabajo en equipo divide el esfuerzo y multiplica el talento
generando un “añadido de valor” hacia otras personas con el impacto
correspondiente.
Bajo
estos trece principios se pueden desarrollar capacidades particulares para
lograr el éxito partiendo del cambio a nivel personal. Resumiendo y tal y como
comenta Maxwell uno puede tener talento y aún así no lograr todo su potencial o
puede tener un talento extra y realmente sobresalir.
“Si el talento
fuera suficientes, entonces ¿por qué conocemos a personas talentosas que no son
exitosa?”
John C. Maxwell,
escritor y conferencista estadounidense (s. XX-XXI), experto en liderazgo.
Autor. J Daniel Blanco