Las Tres Dimensiones de Abell (I) |
En 1980 Derek F. Abell
propuso un modelo de definición de negocio como premisa preliminar para
cualquier posterior planificación estratégica de un negocio, El libro fue “Defining the Bussiness: The Starting Point
of Strategic Planning”. Bajo este “supuesto” una actividad o negocio es una
combinación de tres ejes principales: unos clientes a los que servir, unas
funciones o necesidades que satisfacer y una tecnología que se ha de emplear
para satisfacer a estos clientes*.
Nota*. Los que desarrollamos
nuestro trabajo como consultores de calidad ya tenemos muy presente esta
focalización hacia el cliente gracias a maestros de la calidad tales como Deming, Crosby, etc.
El enfoque de Abell por un
lado considera la determinación del negocio como paso preliminar a la
determinación de la estrategia empresarial y por otro “obliga”
a una definición de negocio orientada al cliente y no hacia el producto o
servicio. Bajo esta teoría un producto únicamente es la manifestación física de
aplicar una habilidad particular a fin de satisfacer la necesidad específica de
un determinado grupo de consumidores.
La interrelación de las tres
dimensiones delimita el llamado “porqué*” de cada negocio considerando en todo
momento la perspectiva de sus clientes:
Las Tres Dimensiones de Abell (II) |
- La dimensión de los mercados
o grupos de clientes, representando ¿a
quién se quiere satisfacer?, es decir quiénes son nuestros clientes (aspecto vital para el desarrollo posterior de la llamada "Experiencia del Cliente").
- El eje de las funciones o
necesidades, que abarca ¿qué se quiere satisfacer?, qué deseos de nuestros clientes se pretenden cubrir.
- La línea de las tecnologías,
que determina ¿cómo se
cubrirán las necesidades requeridas?, en resumen nuestras competencias
distintivas.
Observación*.
Recomiendo la lectura del artículo “Circulo de Oro de Simon Sinek”.
La “intersección” del qué,
quién y cómo determina nuestras competencias centrales y por tanto la
declaración de la misión de nuestra organización. Por otro lado este modo de
plantear nuestro negocio delimita el mercado de referencia en el cual una
entidad quiere (desea o puede)
operar. Más detalladamente muestra dónde se encuentra (o quiere encontrarse la entidad*) definiendo claramente la misión
de la organización.
Observación*. Abell es un defensor de
la concepción dual de la estrategia y su modelo delimita un apoyo
para la determinación de la actuación de una organización en el momento actual
y su visión en un futuro.
Cada dimensión muestra la
amplitud y profundidad de la actividad de la empresa. Los mercados determinan
los segmentos de clientes (geográficos,
demográficos, socioeconómicos, etc.) El eje de las funciones delimita las
necesidades de clientes a cubrir así como nuestra posible oferta de productos y
servicios. Por último el eje de la tecnología definirá las técnicas que se
emplearan por parte de la organización para resolver las necesidades de los
clientes.
Las Tres Dimensiones de Abell (III) |
Su desarrollo por parte de
las empresas permite focalizar sus
esfuerzos en un único mercado o efectuar en el mismo una segmentación de modo
que se puedan delimitar las necesidades particulares de cada grupo de clientes.
La determinación clara de la
misión por parte de cualquier entidad ofrece una “foto” de los requisitos y recursos internos necesarios por parte de la organización para cubrir las
necesidades detectadas así como la combinación de los mismos, bien sea internos
o desarrollados por colaboradores, para lograr una mayor eficiencia así como una
mayor satisfacción de los clientes.
En resumen la definición de la
actividad y la misión de una organización es uno de los factores más
importantes a efectuar por cualquier empresa antes de delimitar cualquiera de
sus actuaciones estratégicas. La colocación en el “centro de sus operaciones”
del cliente permite clarificar y delimitar de un modo más claro la estrategia
posterior de la empresa.
“Es necesario tener una estrategia para dominar el presente y otra para
anticiparse al futuro.”
Derek F. Abell, profesor y académico británico, fundador de la Escuela Europea de Gestión y Tecnología (EMST)
Autor. J. Daniel Blanco